Alemania, de vacaciones
Alemania es una gran potencia económica y ha vuelto a ser una gran potencia política. En el periodo de posguerra (...) tenía una diplomacia de chequera. Ahora desempeña su papel sobre el gran escenario de los asuntos del mundo. Hay que felicitarse (...).
Por esta razón, la ausencia del ministro alemán de Finanzas, Peer Steinbrück, en la reunión (...) del G7 el pasado fin de semana, con ocasión de las asambleas generales del FMI y del Banco Mundial, es incomprensible. Como Alemania ocupa actualmente, y por coincidencia, la presidencia del G8 y la de la UE, esta ausencia es chocante.
El ministro ha rechazado acortar un safari en Namibia (...). Los asuntos (...) eran de importancia. Las dos organizaciones -Banco Mundial y FMI- están en crisis (...). La primera, minada por el escándalo de su presidente, Paul Wolfowitz, la segunda busca una nueva legitimidad (...). Otros asuntos estaban a la orden del día: las negociaciones paralizadas en el seno de la OMC o la evolución de las divisas (...). Todas estas discusiones son técnicas, difíciles y apenas avanzan, en efecto. Razón de más para que los ministros responsables se movilicen. El sistema económico y monetario requiere una reforma frente a las transformaciones de la mundialización. Alemania, primer exportador mundial, ¿no tiene nada que decir?