_
_
_
_
Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

Familias más previsoras

La economía española lleva catorce años de bonanza ininterrumpida caracterizados por el fuerte crecimiento del consumo y del crédito, sobre todo del destinado a la compra de vivienda. La cruz de esta fuerte expansión sigue siendo el bajo ahorro interno y el endeudamiento de las familias. Los hogares ahorraron el año pasado tan sólo 10,1 euros de cada 100 de su renta disponible, medio punto menos que en 2005, según informó ayer el INE. Aunque se ha visto siempre como un síntoma de vigor del consumo y de la inversión, la baja tasa de ahorro es también una muestra de debilidad, al redundar en la necesidad de financiación de la economía española frente al resto del mundo.

Además, se hace más preocupante ahora que varios de los factores que motivaron esta expansión sin precedentes de la demanda interna empiezan a dar muestras de agotamiento. La subida de los tipos de interés acabará impactando sobre el gasto de las familias y la desaceleración del precio de la vivienda restará solidez a su situación patrimonial, cuya fortaleza se debe a la riqueza inmobiliaria acumulada en los últimos años.

Cabe esperar un ajuste natural entre las decisiones de ahorro y consumo de los españoles ante la mayor incertidumbre sobre el futuro. El aterrizaje de la economía aconseja prudencia y las familias tendrán que ser más previsoras y ahorrar más para afrontar un escenario menos positivo. De hecho, si en vez de los datos anuales se toma como referencia los trimestrales, el INE observa ya un cambio de tendencia que sitúa la tasa de ahorro en el último trimestre de 2006 en el 16,2%, dos puntos más alta que un año antes. Es una noticia esperanzadora, pero mucho tendría que cambiar la situación para que las cuentas se equilibren. Hoy por hoy, sólo las Administraciones públicas y las instituciones financieras tienen capacidad de financiación. Pero sus saldos no compensan en absoluto las necesidades de empresas y familias y el desajuste del total de la economía llega ya en el 7,8% del PIB. El problema es que nadie tiene claro si esta financiación será sostenible.

Archivado En

_
_