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Jugar al Monopoly bajo la tempestad

A mediados de mes, cuando arreciaba la crisis provocada, se supone, por los mercados chinos y las hipotecas estadounidenses, este suplemento semanal titulaba que 2007 empezaba en marzo. Los dos primeros meses del año fueron una secuela de 2006. Subidas notables, baja volatilidad, mucha apetencia por el riesgo y mucho movimiento en chicharros, con las opas como telón de fondo. Los analistas, sin embargo, preveían un año rentable pero complicado, con mayores niveles de riesgo y en el que acertar en la selección de valores sería fundamental. Todo eso no pasó hasta la crisis, tan violenta o más que la del año pasado, y que en cuestión de pocos días purgó subidas excesivas, trastocó carteras, puso en su sitio a no pocos gestores demasiado agresivos y, sobre todo, disparó de forma repentina la aversión al riesgo. Había codazos por vender, y se vivieron algunas de las sesiones con más negocio de la historia.

Ahora, dos semanas después de la tormenta, vuelven a brotar las operaciones empresariales. Enel, Acciona y Eon suben la apuesta en su particular partida de mus, con la CNMV de espectador, mientras Iberia y Altadis escuchan los cantos de sirena de diversos pretendientes. La eléctrica estatal, la aerolínea de bandera y el monopolio del tabaco están en el punto de mira. Pero, más que el origen de estas empresas, a efectos de mercado es relevante que estas operaciones se larvaron, precisamente, cuando sobre el parqué estaban cayendo chuzos de punta. Mientras particulares y gestores vendían a manos llenas, las empresas ultimaban ofertas de compra millonarias.

¿Fueron excesivos los miedos? A la vista de los hechos, es obvio que no. La Bolsa está a tiro de piedra de máximo histórico, y el perfil del mercado ha cambiado. Ahora quien más quien menos es consciente de que puede llegar a casa escaldado. Y eso es positivo. Es mucho más aconsejable que la complacencia que mostraban los mercados durante finales de 2006 y los dos primeros meses de 2007. Las rentabilidades hay que trabajárselas. Ya sea asumiendo más riesgo, ya sea extremando el cuidado en la selección de activos. Porque la Bolsa no tiene truco. Este 2007 que ha empezado con un par de meses de retraso, sería, de seguir al alza como ha empezado, el quinto año consecutivo de subidas. Lo normal es que acabe de esta forma, con subidas. Pero no es razonable esperar que estas sean indiscriminadas.

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