Tres siglos de venta de té
El lujoso salón de té Fortnum & Mason, uno de los iconos del turismo londinense, celebra este año su tercer centenario. En 1707, William Fortnum, sirviente de la reina Ana, montó una mantequería en la calle Piccadilly con su socio Hugh Mason. Casi podría afirmarse que en aquel año hubo dos acontecimientos históricos que perduran intactos hasta el presente: la unión entre Inglaterra y Escocia, que creó el Reino Unido, y el nacimiento de Fortnum & Mason.
Fortnum fue un comerciante nato: todas las noches recogía las velas medio gastadas de la Familia Real y las vendía a las damas que atendían a la reina. Fortnum aprovechó así sus contactos con los cortesanos para promocionar su nuevo negocio. En poco tiempo, Fortnum & Mason se había establecido como especialista en tés y especias exóticas.
Cuando, a finales del siglo XVII, la duquesa de Bedford impuso entre la alta sociedad la moda del tradicional 'té de la tarde', el salón de té de Fortnum & Mason se convirtió en el lugar de reunión de la burguesía de St. James's, uno de los barrios de mayor prestigio de Londres. Hoy, el café principal de la tienda sigue siendo la meca del té londinense, donde todos los años cientos de miles de turistas saborean los tés más exquisitos importados directamente de China, India y Ceilán.
Empezando con las Guerras Napoleónicas, los tiempos de conflictos bélicos siempre han resultado ser una época dorada para el negocio. Entre su equipaje, los oficiales del ejército solían llevar consigo cuando embarcaban al extranjero cestas de mimbre grabadas con las famosas iniciales 'F&M'. Estas cestas contenían todo lo necesario para la guerra, desde tés y mermelada hasta jamones y puros habanos. Los primeros expedicionarios al Himalaya también eran clientes asiduos de Fortnum & Mason. Los porteadores que acompañaron a la expedición de 1953 que coronó el Everest llevaban varios centenares de cajas de artículos de champán y alimentos finos suministradas por la tienda. Hoy, las cestas de Fortnum & Mason aparecen en eventos como la regata de vela de Henley, la carrera de caballos de Ascot y en el descanso de la ópera.
Para la casa real
Los tres últimos siglos han sido un periodo de continua expansión del negocio de este mítico establecimiento londinense. Hoy en día la tienda ocupa un solar de cuatro plantas, con tres restaurantes, un mercado de comestibles, además de varias secciones de alta costura, equipaje de viajes y regalos.Desde el reinado de Victoria, Fortnum & Mason lleva el escudo de 'proveedor de la Casa Real' de sus productos más famosos, entre ellos el té del Príncipe de Gales y los comestibles de lujo de la reina Isabel II.Hace tiempo que el negocio pasó a otras manos, pero la memoria de los fundadores se celebra en el gran reloj de más de cuatro toneladas que adorna la fachada de la casa, de donde cada hora salen a saludarse los señores Fortnum & Mason.