La productividad sólo mejora en el sector industrial
La mejora de la productividad de la economía española, registrada en el año 2006, se ha debido exclusivamente a la industria. En el resto de sectores, se ha agravado su comportamiento de años anteriores, llegando a alcanzar tasas de crecimiento negativas.
Hace tan sólo dos semanas el Instituto Nacional de Estadística (INE) ofrecía los datos globales de la Contabilidad Nacional del año 2006, en donde se destacaba un incremento de la productividad del trabajo de la economía, con una tasa que alcanzó el 0,8% el ejercicio pasado, justo el doble de la registrada un año antes.
Este dato fue remarcado positivamente por el Gobierno, ya que la mejora de la productividad (relación entre el crecimiento de la producción y el del empleo) es uno de las principales objetivos de la política macroeconómica, habida cuenta del atraso con los principales países europeos en esta materia.
Sin embargo, un análisis más sosegado de este indicador pone en evidencia que la mejora no se ha producido de forma homogénea en 2006. Más bien, se ha concentrado en unas pocas ramas, según los datos oficiales desagregados, a los que ha tenido acceso este periódico. De hecho, el avance se refiere exclusivamente al sector industrial. La productividad en este sector ha pasado, de un escaso aumento del 0,4% en 2005, a un crecimiento del 3,1% el pasado año (seis veces más). El vigor experimentado en los bienes de equipo ha permitido que la producción industrial se expanda más que el crecimiento del empleo, aprovechando el margen que había en la capacidad instalada.
Repuntan los costes laborales unitarios aunque por debajo del deflactor del PIB
En cambio, no ha ocurrido así en otras ramas. En los servicios de mercado (expuestos a la competencia como la hostelería o la restauración) se ha pasado, incluso, de tasas positivas a una caída del 0,6%. En la construcción (caracterizada por un uso intensivo del empleo más que por la generación de valor añadido), se ha agravado aún más las tasas negativas de años anteriores, hasta alcanzar una caída de la productividad del 2,1%.
Ligado a la productividad se encuentran los costes laborales. En general, los costes laborales unitarios (incluyen salarios, cotizaciones e indemnizaciones por despido) se han comportado de forma moderada en el año, creciendo al 2,7% -frente al 2,2% de 2005- por debajo del deflactor del PIB (indicador que mide la inflación de costes de la economía) que quedó en el 3,8%.
Pero aquí también, la evolución ha sido dispar. Mientras que los costes laborales cayeron en la industria, en los servicios experimentaron un fuerte aumento, llegando a igualar al deflactor del PIB. Algo similar pasó con la construcción.
En previsión, el mismo panorama
Para 2007, del que ya ha transcurrido casi un trimestre, el Gobierno espera que siga mejorando la productividad, en línea con años anteriores. Sin embargo, los analistas prevén que estas mejoras continúen produciéndose en los mismos sectores, en una economía concentrada en la producción de bienes con escaso contenido tecnológico (que son los que generan menos valor añadido por unidad de producto).Grupos de analistas como Ceprede (el centro de predicción económica de la Universidad Autónoma de Madrid) estiman para este año un avance general de la productividad de la economía española del 0,6%, algo por debajo de las estimaciones oficiales del Ministerio de Economía. A su juicio, la industria estaría este año, una vez más a la cabeza de la productividad (con crecimientos superiores al 3%) sólo superada por subsectores como las tecnologías de la información. En cambio, se volverían a registrar caídas, en servicios y construcción (ver gráfico), piezas claves del crecimiento económico español.Otros estudios, en cambio, ponen su atención en la evolución de los costes laborales. A pesar de su moderación, siguen creciendo por encima de la media de los competidores. Según la OCDE, estos costes en España se acelerarán en 2007 hasta el 3,1%, frente a una media del 1,2% en la zona euro y del 2% en la propia OCDE. Son diferencias a tener en cuenta.