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Tribuna
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El año de la convergencia inalámbrica

La popularización de la banda ancha y el indiscutible éxito de la telefonía móvil han sido, según el autor, los motores de la convergencia en el sector de las telecomunicaciones. El siguiente paso es la convergencia inalámbrica que, en su opinión, aparece como una oportunidad para las empresas tecnológicas europeas

Avanza 2007 con buenas expectativas para el sector de las telecomunicaciones, con la banda ancha y los móviles como motores indiscutibles de la ansiada convergencia. Aunque su llegada se ha anunciado reiteradamente, no ha sido hasta el año pasado cuando, por fin, los usuarios hemos sido testigos de los primeros servicios y aplicaciones realmente convergentes en el campo de la telefonía.

Los responsables de este repentino e imparable cambio -el futuro cercano aún nos depara importantes sorpresas- son la popularización de la banda ancha y el indiscutible éxito de la telefonía móvil, que en nuestro país supera desde mediados de 2006 el 100% de penetración. El año pasado contabilizó, según datos recabados para el Informe eEspaña 2007 -ya en preparación-, 6.500.000 líneas de acceso a banda ancha, con un fuerte impulso a lo largo del último trimestre.

Entre las proyecciones y previsiones -más o menos fundamentadas- para el año entrante, la apuesta más novedosa es la llamada convergencia inalámbrica; la confluencia de un amplio conjunto de tecnologías wireless (sin cables) que permiten el acceso a internet desde cualquier parte y en cualquier momento. El sueño ansiado durante largo tiempo: la ubicuidad y personalización de las comunicaciones. Una buena muestra de ello es el terminal único que, bajo las siglas de UMA (unlicensed mobile access), hace referencia al dispositivo que permite el acceso vía Wifi a la red de telefonía fija y que ofrece al mismo tiempo la posibilidad de actuar como teléfono móvil a través de la red GSM.

Según datos de la Fundación France Télécom España, se estima que en 2010 el terminal único podría estar operativo en más del 10% de los hogares europeos. En paralelo, la revelación para 2007, que añadirá inevitablemente más siglas y acrónimos a nuestro ya profuso vocabulario tecnológico, vendrá de la mano del acceso móvil de alta velocidad o HSDPA (high speed downlink packet access), que ya permite acceder a internet por medio de nuestros teléfonos móviles de última generación a velocidades cinco veces superiores a las actuales.

En este contexto, el año comenzó con el 3GSM World Congress -que tras el indiscutible éxito de la pasada edición ha vuelto a celebrarse en Barcelona- y que nos ha traído las nuevas tendencias para el sector. Como el pasado año, destacó la presencia de empresas de Asia, la zona más caliente en cuanto al crecimiento de la telefonía móvil se refiere. Aunque ya no resulta sorprendente, sigue siendo un dato revelador y esperanzador para el desarrollo de la sociedad de la información en el mundo, ya que el número de usuarios de telefonía móvil en los países en vías de desarrollo ya supera al de los países más desarrollados, acontecimiento sin precedentes en el campo de la tecnología.

Nos encontramos por tanto ante lo que los analistas denominan universo wireless, que afecta no sólo a los países ricos, sino que se despliega rápidamente por todo el planeta. Como se ha indicado en más de una ocasión, la telefonía móvil, unida al despliegue de nuevas redes y accesos, como el Wifi o Wimax, y con la convergencia inalámbrica como telón de fondo, pueden constituir una inmejorable oportunidad para que muchos países puedan superar los desequilibrios socioeconómicos consecuencia de la brecha digital.

En este sentido, frente a la iniciativa puesta en marcha por el Massachusetts Institute of Technology (MIT) y algunas grandes empresas americanas para el desarrollo y comercialización de ordenadores de bajo coste, los terminales móviles pueden significar, a día de hoy, una opción más efectiva y acorde con los condicionamientos estructurales de los países menos desarrollados. Tras el impulso y apoyo por una u otra tecnología subyacen modelos de desarrollo económico que modelarán la futura sociedad de la información.

En el complejo proceso en el que nos vemos inmersos para del desarrollo de la sociedad del futuro, no exento sin embargo de riesgos e incertidumbres, la convergencia inalámbrica aparece como una oportunidad para las empresas tecnológicas europeas. No cabe duda de que el futuro será inalámbrico, que no nos pille desconectados.

José M. Cerezo. Gerente de Análisis de la Fundación France Télécom España

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