'El escritor está obligado a aproximarse al límite'
La buena suerte, una fábula que desgrana las claves de la prosperidad que ha vendido más de dos millones de ejemplares (escrito con Alex Rovira), liberó al novelista que Fernando Trías de Bes -vinculado 17 años al mundo de la empresa- llevaba dentro. Su primera novela, Palabras bajo el mar (Alfaguara, 2006), inauguró un ciclo de tres historias independientes en torno al amor inalcanzable y la música. Tres historias sobre el amor paterno filial, amor carnal y amor propio que pivotan en torno a un misterio sobre una pieza de música. La inspiración ideal para este melómano, músico frustrado -estudió la carrera de piano-, que al final ha encontrado en la escritura 'un medio para expresarme que me resulta mucho más afín'.
De una historia en la Castilla de principios de siglo XX en Palabras bajo el mar, el autor viaja hasta la Alemania del XIX, el romanticismo en todo su apogeo, en El coleccionista de sonidos, también en Alfaguara. Fernando Trías de Bes (Barcelona, 1967) ha encontrado en Tristán e Isolda, leyenda inmortalizada musicalmente por Wagner, muchos elementos de interés para la historia. En la leyenda hay un elixir de amor y otro de muerte. La intención de Isolda es envenenar a Tristán, pero su doncella no quiere ver morir a su señora, les da a beber el elixir de amor, se enamoran, pero acaban muriendo. Wagner estrenó la ópera en Múnich en 1865; el tenor Ludwig Schnorr von Carolsfeld murió de forma misteriosa tras la cuarta representación, dejando el papel maldito durante un tiempo.
Amor y muerte. Es la idea principal de El coleccionista de sonidos. Su protagonista, Ludwig Schmitt von Carlsburg tiene un don: es capaz de reconocer y almacenar todos los sonidos del mundo y de cantar las sonoridades que atesora, convirtiéndose en el más genial de los tenores. Cuando cree que su colección está completa, se da cuenta de que le falta uno, el sonido del amor. Pero el don se convertirá en una maldición. 'Es un flautista de Hamelin, puede enamorar con la voz, pero en el momento en que consuma el amor, mata', explica el escritor. Su liquido seminal es un elixir de amor y de muerte. Pero Ludwig se enamorará de una soprano que sufre la misma maldición.
La realidad invade la ficción a través de los extractos de las cartas de Wagner relacionadas con su Tristán e Isolda. La documentación musical estaba para el autor más o menos clara, más difícil ha resultado la ambientación. El autor consultó en Múnich planos de ciudades y ha leído biografías de Wagner y libros sobre las costumbres y forma de vida de la época.
El descubrimiento del sonido oculto se produce en uno de los momentos de máxima tensión de la novela. Trías de Bes invita al lector a entrar en la historia y disfrutar. 'Me gusta llevar al lector al límite'. La novela es tan exagerada como la época en que transcurre. 'El romanticismo en todo su apogeo era muy histriónico, enfermizo, todo era muy exagerado. Los personajes y las situaciones de la novela son muy extremos. Me gusta jugar a eso, llegar al límite, acercarme al abismo y no caer; si llegas a ese punto, puedes tener una buena obra. El escritor está obligado a aproximarse al límite', asegura.
Un pie puesto en la economía y otro en la literatura
Palabras bajo el mar es lírica; El coleccionista de sonidos, épica y la siguiente novela del ciclo, onírica. Poco más puede contar de ella, entre otras cosas que dará voz a una mujer. Empresario, profesor de Esade, colaborador de El País Semanal, Trías de Bes dedica el 50% de su tiempo a la escritura -en estos momentos colabora en el guión de su libro de relatos El vendedor de tiempo-. 'Es bueno mantener otra actividad', de esta forma, 'la literatura se convierte en un acto de libertad'. La escritura es un medio. 'Tenía una necesidad de expresarme artísticamente y me estoy sirviendo de la literatura'. Sigue con un pie puesto en la economía, ¿En el futuro? 'Ya veremos', responde.