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Cava

Codorníu y Freixenet se disputan el mercado argentino

Los Raventós compran más viñas y los Ferrer planean adquirir bodegas

Los gigantes del sector del cava miden sus fuerzas en Argentina. Freixenet y Codorníu están moviendo fichas en los últimos tiempos para reforzar su posición en uno de los mercados más estratégicos del mundo, no sólo por su posición privilegiada para abastecer al resto del continente sino por el prestigio que están adquiriendo los vinos del país andino en los mercados internacionales.

Ambos competidores no parecen satisfechas todavía con el papel que juegan en este mercado. El grupo de los Raventós, Codorníu, ha sido la primera en sacar ventaja a su competidor tras anunciar la pasada semana la compra de 150 hectáreas de viñedo en el Valle de Uco, cercana a la ciudad de Mendoza y a los pies de la cordillera Andina. 'Se trata de una compra en una de las zonas más buscadas de Argentina que nos ayudará a fortalecer nuestra bodega Septima', según explicó el director general de Codorníu, Xavier Pagés. El propósito del grupo es claro: elaborar vinos de calidad y selectos que complementen a los que ya elaboran en la zona de Agrelo, donde está localizada su bodega, inaugurada en 2000 y con una capacidad de envasado de 1,3 millones de botellas. La exportación a mercados como el estadounidense es una de las principales salidas a sus productos.

Freixenet tampoco deja al margen de su estrategia de crecimiento en una de las zonas vitivinícolas más ricas del planeta. Cuenta con una propiedad desde 2003 en Mendoza, donde dio sus frutos hace un año la primera cosecha. Al igual que su competidor, también se han focalizado en elaborar vinos de alta calidad con la marca Viento Sur. Los Ferrer tienen planes para extender su actividad en la zona. El propio presidente de honor, José Ferrer, indicó en su último encuentro con los medios que la compañía está de manera activa buscando adquisiciones en la zona. El vino que elaboran allí con acuerdos con terceros tiene una buena acogida en el mercado brasileño. Fuentes de Freixenet, aseguraron el pasado viernes que no tienen todavía en estudio ninguna adquisición inminente en la zona. Argentina se ha convertido en uno de las zonas objetivo para los principales grupos de vitivinícolas del mundo, entre los que resalta el francés Chandon, el principal actor de este mercado. El interés de los grupos por instalarse en esta zona dificulta cualquier operación de compra en el mercado.

La inquietud de Freixenet y Codorníu por instalarse en países clave con bodegas propias no es nueva. Además de ayudar a incrementar su gama de productos y a actuar como trampolín hacia mercados más difíciles y más costosos de abarcar desde España, los productos elaborados fuera de Cataluña les han ayudado a mitigar el boicot al cava. Las cuentas de ambas se han visto impactadas de forma negativa los dos últimos ejercicios y han llevado por primera vez a Codorníu a pérdidas.

Más gama alta y apuesta por mercados clave

El negocio está en el segmento medio y medio alto del mercado. La firma que dirige Xavier Pagés tiene claro que es necesario focalizarse en marcas clave, lo que según sus palabras, les ha llevado a realizar inversiones en productos de valor añadido y destacó el crecimiento que han tenido productos como el Pinot Noir. Estados Unidos, Gran Bretaña y Escandinavia ha pasado a ser los mercados estratégicos para la firma cuyos orígenes se remonta al año 1550. Por su parte, Freixenet también ha tomado cartas en el asunto y en el pasado ejercicio llevó a cabo una ligera subida de precios, el abandono de la elaboración de marcas blancas en países y el crecimiento en marcas y altas gamas. Con estas estrategias, ambas empresas quieren dar un portazo definitivo al boicot al cava.

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