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Columna
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Sin duda, una mejora

Me identifico con la reacción del economista jefe de la OCDE al analizar los datos de crecimiento de la economía europea a finales de 2006. Realmente, el crecimiento trimestral del 0,9% no sólo ha superado con fuerza al 0,5% anterior sino que es el segundo mayor del año tras el 1% observado (calificado como excepcional) del segundo trimestre. En tasa anual, la economía europea acelera su crecimiento hasta niveles del 3,3% desde el 2,7%.

Al final, el crecimiento más elevado desde el del año 2000, que se consideró como el techo en el ciclo económico anterior. Además un crecimiento que supera con creces al considerado como potencial para la economía europea, en niveles del 2%.

¿Habrá que revisar al alza el crecimiento potencial? Un crecimiento, también, que probablemente aumentará la cautela del BCE a la hora de valorar si las condiciones financieras actuales son demasiado holgadas.

Y una fuerte aceleración del crecimiento generalizada entre los principales países: en Alemania el crecimiento ha sido del 3,7% desde el 3,1% del tercer trimestre y 1,9% con que arrancaba el año; en Italia hasta niveles del 2,9% frente al 1,7% de ambos periodos; en Francia hasta niveles por encima del 2%, desde el 1,9% anterior y 1,3% en el primer trimestre del año; por fin en España hasta niveles del 4%, frente al 3,8% y 3,6%, respectivamente.

Aunque con datos por el momento muy parciales, sólo la economía holandesa habría registrado una moderación del crecimiento a finales del año pasado hasta niveles del 2,7% frente al 2,8% anterior. Una excepción, sin duda, dentro de la regla de mejora.

Será interesante analizar la descomposición del dato de crecimiento, aunque deberemos esperar hasta la primera semana de marzo para poder hacerlo. Ahora sólo nos queda lanzar hipótesis.

Por ejemplo, el diferente comportamiento del sector manufacturero frente al resto. Y esto pese a que en diciembre también hemos conocido un fuerte aumento de la producción industrial del área, hasta una tasa del 1% mensual (0,3% previsto) y aceleración del crecimiento anual hasta niveles del 4% desde el 2,7% previo. Pero una moderación del crecimiento trimestral, hasta un 0,4%, muy por debajo del 0,9% anterior.

Por el contrario, es de esperar una fuerte aceleración de la actividad en el sector servicios y construcción en el último trimestre de 2006. ¿Consecuencia del buen tiempo? Hay que recordar las suaves temperaturas a finales del año pasado. Pero también podemos hablar de otros factores excepcionales: el anticipo de compras en Alemania por la subida del IVA en 2007, el aumento de la renta disponible derivada de la caída de los precios del crudo y hasta la inesperada moderación en la inversión empresarial durante el tercer trimestre.

Desde el punto de vista de la demanda, todos los componentes habrían contribuido al mayor crecimiento económico: consumo privado, inversión y especialmente el sector exterior. Aunque en el caso de Alemania su ministro de Economía ya nos ha adelantado que la contribución positiva de la demanda externa ha sido decisiva para explicar el crecimiento del 3,7% a finales del 2006 (3,1% del tercer trimestre).

También ha tenido que ser significativa en el conjunto del área la aportación positiva del sector exterior. Nosotros esperamos que el crecimiento de las exportaciones a finales del año pasado haya sido del 8,4%, el segundo dato más alto del año. Por encima también del 8% que estimamos hayan subido las importaciones.

'Esta economía puede crecer este año claramente por encima del 2,2 %'. Así me resumía un compañero de profesión sus previsiones para el comportamiento de la economía europea en 2007. De nuevo un crecimiento por encima del teórico potencial, en un año también en teoría de pausa en el ritmo de crecimiento. No puedo más que estar de acuerdo con esta cifra. Incluso ahora no podríamos descartar que la pausa a la que me refería anteriormente, que se reflejaría en la primera mitad del año, finalmente fuera más breve y de menor intensidad que lo previsto. Observando la aceleración de la encuesta ZEW a principios de año, probablemente es una percepción compartida por la mayoría de los analistas económicos.

Con todo, es preciso recordar que una recuperación sostenida de la economía debería venir por el consumo privado y la inversión. Cuando aún es pronto para calibrar el potencial impacto negativo en ambos componentes de la demanda por la subida de tipos de interés. De cualquier forma, la recuperación del consumo es clave para un aumento del crecimiento potencial de la economía de la mano de la inversión.

En los próximos meses debemos enfrentarnos, por otro lado, a un escenario probablemente menos positivo con respecto a la demanda externa. Y no sólo derivado de la apreciación del euro.

Por último, hace un año hablábamos de los problemas estructurales de la economía europea. De hecho, sigue siendo una demanda recurrente desde el BCE y otros organismos internacionales que se pongan soluciones al deterioro del crecimiento potencial y rigidez del sistema productivo. Tan recurrente como para descartar que estas medidas se hayan adoptado. Ser optimistas a corto plazo para la evolución de la economía europea no contrarresta su debilidad a medio plazo.

José Luis Martínez Campuzano. Estratega de Citigroup en España

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