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CincoSentidos

Aluvión de fichajes en los despachos de abogados

El año 2006 ha sido clave para el mercado legal en cuanto a fusiones y contrataciones.

AJavier Santos le gusta más su nuevo despacho en la sede madrileña del bufete DLA Piper que el que tenía hace un año en Squire, Sanders & Dempsey. Tras la integración de la oficina de Madrid de Squire en DLA en febrero de 2006, una de las operaciones más importantes llevadas a cabo durante el año pasado en el sector de la abogacía, Santos ha dejado de ser socio de Squire Sanders y ha pasado a serlo de DLA. La firma resultante de ese movimiento tiene como socio director a Juan Picón (ex managing partner de Squire), cuenta con 60 abogados -32 de ellos provenientes de DLA- y su facturación está repartida prácticamente al 50% ente uno y otro equipo. 'Ha sido una operación complementaria. DLA tenía un equipo potente en inmobiliario y nosotros lo teníamos en financiación, energía y telecomunicaciones', señala Santos.

La integración de Squire en DLA no ha sido la única operación de relieve producida en los últimos tiempos en el sector. Los fichajes de equipos completos parecen haberse convertido en la tónica de este comienzo de año y revelan la creciente competencia por el talento que existe entre los despachos. El pasado 22 de enero, Landwell (rama legal de PricewaterhouseCoopers) anunciaba la incorporación de Carlos Pardo, hasta esa fecha director del departamento de derecho administrativo, inmobiliario y procesal en Cataluña de Deloitte Abogados, acompañado de todo su equipo legal. Pardo, quien reconoce que no le resultó difícil tomar la decisión de incorporarse a Landwell, confiesa haber tenido un aterrizaje suave. 'Haber trabajado durante siete años en otra compañía de similares características me ha facilitado mucho las cosas', resume. No ha sido, en cualquier caso, el único movimiento estratégico de Landwell en el último año. La firma ha incorporado a Javier Sans Roig y su despacho Roig Arán en Cataluña; a Teresa Ramos, juez del juzgado mercantil número cinco de Barcelona; a Javier González Carcedo, ex asesor de la OCDE, como responsable del área de precios de transferencia; a Alberto Monreal, ex director de gestión de la Agencia Tributaria como responsable de impuestos indirectos y a la práctica legal de Deloitte Galicia, entre otros.

En el caso de Garrigues, la apertura de una oficina propia en Varsovia ha supuesto la incorporación del despacho Fúster & Sartorius, que opera en esa ciudad desde hace cinco años, y la integración como socios de sus fundadores, Jaime Fúster y Jacobo Sartorius. 'La práctica profesional en un despacho pequeño es distinta, y aunque hemos perdido libertad también hemos ganado en respaldo y apoyo de las distintas áreas del despacho. Garrigues es una gran empresa que te resuelve la vida en cuestiones que antes teníamos que hacer nosotros. Tras una larga travesía en solitario, hemos decidido seguir el viaje en un transatlántico', reconocen desde la capital polaca.

El año 2006 ha sido un periodo de movimientos en Garrigues, con incorporaciones como la de Antonio Alonso Ureba, ex secretario general y del consejo del Grupo Telefónica y ex director general de sus servicios jurídicos; Fernando Castro Silva, ex socio de Castro Silva & Associados; Miguel C. Reis, ex socio de Cuatrecasas; o Gonzalo da Cunha Ferreira, ex socio del bufete portugués Cunha Ferreira & Associados, entre otros.

En otros casos, a la oferta tentadora por parte de una gran firma se ha unido el deseo de dejar atrás una situación incómoda o una diferencia de enfoque estratégico. 'La razón de mi marcha fue una diferencia fundamental sobre los objetivos empresariales con mi despacho anterior, Mullerat. Nosotros teníamos una visión más agresiva y somos un equipo muy rentable. Gómez-Acebo & Pombo nos gustó desde el principio por su modelo de negocio y su plan de desarrollo', explica Alberto Echarri, antiguo socio del bufete Mullerat y socio actual de Gómez Acebo & Pombo, firma en la que se integró con su equipo (en el que figuran César Vázquez, Ángel Pendás y Antonio Bravo) el pasado 1 de julio.

La cartera de incorporaciones recientes de Gómez-Acebo incluye también a Enrique Lucas Murillo de la Cueva, nuevo director del despacho de Bilbao y anterior jefe de los servicios jurídicos del Gobierno vasco; Pilar Urruticoechea, incorporada al departamento de Administrativo de Madrid, desde la jefatura de los servicios jurídicos de la Sociedad de Gas de Euskadi; o Marta Pons de Vall, incorporada al despacho de Barcelona como experta en el sector farmacéutico y en propiedad industrial, proveniente de la asesoría jurídica de Admirall Prodesfarma.

Inspectores de Hacienda

Entre los perfiles profesionales que están siendo más demandados por las firmas destacan nombres de la Agencia Tributaria. Además de la incorporación de Alberto Monreal a Landwell, tanto Ernst & Young Abogados como Deloitte Abogados y Asesores Fiscales han fichado a inspectores fiscales en excedencia. 'Siempre había barajado la idea de trabajar en el sector privado, aunque lo cierto es que no tenía prisa. Pero cuando en junio del año pasado me hicieron la oferta, me di cuenta de que después de 12 años de trabajar en la Administración Pública había llegado el momento de cambiar. Todos estos años he visto a fondo una cara de la realidad y sentí que era el momento de ver la otra', reflexiona Javier Albors, abogado, economista, ex inspector de Hacienda y nuevo director del área de tributación de empresas de Ernst & Young Abogados. Recién incorporado a su nuevo puesto, Albors confiesa disfrutar de esa otra cara de la realidad. 'El aterrizaje ha sido muy bueno, porque me gusta cómo piensa la empresa y lo mucho que se cuida la calidad en el trabajo'. Ernst & Young Abogados fichó el año pasado a otro inspector de Hacienda, Ramón Palacín, quien se ha hecho cargo del área de precios de transferencia.

Precisamente un compañero de promoción de Javier Albors, José Antonio Bustos, acaba de incorporarse a Deloitte Abogados y Asesores Tributarios como socio del área fiscal de Madrid. Bustos proviene de la Administración Tributaria, donde ha desarrollado su trabajo en los últimos años en el área de fiscalidad internacional. En su caso, al atractivo de pasar a formar parte de una gran firma legal se unió la circunstancia de tener un contacto personal en el bufete. 'En mi caso, tenía ya aquí a un compañero que conocía la firma; eso, unido a la propia oferta, lo hizo más fácil. Me gustaba el despacho, porque una vez que decides dar el salto te apetece hacerlo con comodidad y yo sabía que el ambiente era muy bueno', señala.

Junto a Bustos, Deloitte ha incorporado a otros tres socios: José Herrera (Legal Barcelona), que proviene de Garrigues; Ricardo Gómez-Acebo (Fiscal Madrid), que se suma también desde la Agencia Tributaria e Ignacio Longarte (Fiscal Madrid), que anteriormente desempeñaba su carrera profesional en Hewlett-Packard. Además, la firma ha contratado a tres nuevos directores de área: Juan Martínez Calvo (Administrativo Madrid y anteriormente abogado de Garrigues), David- Isaac Tobía (Laboral Barcelona y ex Cuatrecasas) y Silvia Pellicer (Administrativo Barcelona, también de Cuatrecasas).

En el caso del bufete Ramón y Cajal, 2007 se ha iniciado con el anuncio de su alianza estratégica con el bufete estadounidense Mayer, Brown, Rowe & Maw (MBR&M), un acuerdo que implica exclusividad y reciprocidad. Entre los movimientos que la firma ha llevado a cabo desde el año pasado destaca el fichaje de Diego Lozano, abogado del Estado en activo hasta 1991, ex vicesecretario general del consejo de administración del Grupo Telefónica y ex secretario general técnico en el Ministerio de Obras Públicas; y Daniel Alaminos, abogado del Estado que ha desarrollado parte de su carrera profesional en la asesoría jurídica de la SEPI y la firma Ferreros Abogados. 'Me incorporé a Ramón & Cajal desde una pequeña firma, Ferreros Abogados. La razón es que en un momento dado me di cuenta de que necesitaba desarrollar mi carrera en un bufete más grande y con proyección internacional, como es el caso de Ramón & Cajal', señala Alaminos, que se ha integrado con su equipo. La necesidad de contar con una mayor proyección internacional ha sido también una razón de peso para que Javier Pérez Bustamante, socio del bufete Martínez-Lage desde 1989 y hasta abril del año pasado, se haya incorporado a Linklaters. 'En Linklaters me han ofrecido lo que buscaba: un despacho con un área muy fuerte de Corporate, presente en todas las grandes operaciones y con un área internacional muy potente', explica.

En el caso de José Luis García-Manso, que hace dos semanas escasas que se convirtió en nuevo socio de Pérez Llorca tras dejar Freshfields, el reto no era una mayor internacionalización, sino el entrar a formar parte de un bufete con una amplia proyección de futuro. 'Pérez Llorca es un despacho fundamentalmente nacional e independiente. Pero, sobre todo, es un bufete con un futuro maravilloso'. García-Manso lo tiene muy claro. 'Jamás hubiese aceptado una oferta en la que no creo'.

Cuando salir supone llevarse el despacho

La decisión de dejar una firma y pasar a formar parte de otra no es sencilla. Más aún si la salida supone llevarse consigo parte del bufete o, incluso, el bufete al completo. 'La decisión de integrarnos en DLA ha sido una decisión nuestra, de los socios de Madrid, y evidentemente no sentó bien en Squire, Sanders & Dempsey en Estados Unidos, porque la oficina de Madrid iba muy bien', confiesa Javier Santos, socio de DLA. Detrás de una integración como la que han llevado a cabo DLA y Squire se adivinan meses de negociaciones, cesiones y decisiones complejas. 'Hubo algunos departamentos que se duplicaron, como el de corporate, por ejemplo. Pero desde el primer momento tuvimos una acogida muy buena y todo se fue resolviendo. Ha habido muy buena actitud por ambas partes. Un ejemplo de ello es el hecho de que Juan Picón se ha convertido en el nuevo managing partner de DLA y Kenneth Bonavia, que lo ha sido durante años, ha aceptado perfectamente esa decisión', explica Santos.

Presentación oficial

La semana pasada, Cuatrecasas presentó oficialmente su unión con el bufete sevillano Olivencia-Ballester. La operación supone la incorporación de veinte abogados y cinco socios, con una facturación de casi tres millones de euros.

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