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Tribuna
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Un año para los retos tecnológicos

Las tecnologías hacen la vida más fácil y convierten el trabajo en más productivo, pero España necesita esforzarse en su desarrollo. Esta es una idea extendida, que la autora comparte. æpermil;sta cree, además, que España tiene la capacidad creativa y emprendedora para lograrlo

Desde el sector de la tecnología y las telecomunicaciones, vemos grandes retos para este año en el que ya nos hemos adentrado. Estoy convencida de que quienes lean estas líneas comparten conmigo al menos dos ideas: en primer lugar, la de que las tecnologías nos hacen la vida más fácil, nos aportan valor y convierten nuestro trabajo en algo más productivo. En segundo lugar, la idea de que nuestro país tiene que esforzarse por estar a la cabeza en la adopción de las tecnologías para ser realmente moderno.

Ser un país tecnológico significa que aceptemos las tecnologías como algo natural, que formen parte de nuestras vidas y se conviertan en una extensión de nuestros sentidos. Pero significa también que nuestra economía, nuestras empresas -y, por supuesto, nuestra Administración- deben apostar decididamente por el principal medio para ser realmente efectivo en la economía global de hoy. Tomemos como ejemplo al Málaga Valley e-27, de reciente creación, un foro que, como miembros, esperamos sirva de catalizador de ideas y potencie la inversión tecnológica en España.

Siendo España una de las diez economías más potentes del mundo, los indicadores europeos de competitividad e innovación no nos dejan en muy buen lugar. Por dar sólo un dato, simplemente recordar que el último barómetro de la innovación, publicado por la Comisión Europea, nos situaba en el cuarto grupo de países europeos -de cuatro-, encuadrado con los países que están cediendo terreno.

Para elaborar dicho barómetro, la Comisión Europea establecía cinco criterios esenciales que miden el nivel de modernidad de cada país. Uno de esos criterios era la inversión de las empresas en innovación. Y aquí ocupamos el penúltimo lugar.

El sector de las comunicaciones móviles, en el que Nokia desarrolla su actividad, es uno de los pocos, dentro de los que articulan la sociedad de la información, donde la posición española es hoy por hoy destacada. Ha sido un sector muy dinámico en 2006 -fusiones, nuevos participantes como los operadores móviles virtuales o la aparición de Yoigo-. La telefonía móvil en particular se ha orientado hacia la convergencia, no sólo de fijo-móvil sino a la convergencia digital. Nos estamos adentrando en un nuevo espacio en donde los mapas de competencia son cada vez más complejos, y en donde internet y la televisión se abren paso en el mundo de la movilidad. Los consumidores demandan nuevos servicios, o los mismos de los que ya disfrutan, pero pudiendo disponer de ellos sin depender del lugar en donde estén.

Sin duda, lo importante es seguir innovando. Si lo hacemos -y Nokia está comprometida a hacer este esfuerzo-, tenemos la posibilidad de ayudar a toda la sociedad española, en su conjunto, a mejorar su competitividad y a escalar puestos en el contexto europeo y mundial.

Debemos trabajar en iniciativas que nos ayuden a ocupar el puesto que debería correspondernos en el mapa de la modernidad. Nuestro papel, como fabricantes, es de crear productos, dispositivos, tecnologías… que sean capaces de entusiasmar a la gente, de estimular a las empresas a adoptarlos para ser más eficaces en su negocio, para aprovechar mejor su tiempo, para convertir la interacción con la tecnología en un motivo de satisfacción. En Nokia llamamos Human Technology a esta forma de ver la tecnología desde el punto de vista de las personas, con todo lo que supone conectarlas con su gente, con otros lugares, con sus ideas y con sus pasiones.

La confluencia de las telecomunicaciones, la informática y la electrónica de consumo permite ya tener prácticamente todo nuestro mundo en la mano o en el bolsillo. Y además, disponer de medios de gran capacidad para desplegar todo nuestro talento.

Posiblemente uno de los principales aspectos tecnológicos que marcará un antes y un después en 2007 será el uso, de forma más generalizada, de HSDPA, o lo que es lo mismo, la banda ancha en el dispositivo móvil, lo que permite alta velocidad para el tráfico de datos, similar al que tenemos en casa con el ADSL. Nos ayudará a vivir experiencias de usuario mucho más satisfactorias y acordes a nuestras necesidades.

Somos un país de gente creativa, ingeniosa y emprendedora -la Generación del 27, a la que hace referencia el Málaga Valley e-27, por ejemplo-; imaginemos lo que puede ser un país donde tenemos esa gente y, además, los mejores medios tecnológicos, las infraestructuras más potentes, las empresas mejor equipadas.

Y, sobre todo, si tenemos una convicción clara e inequívoca de que la innovación es la base del éxito. Las personas, las empresas y las sociedades pueden llegar muy lejos a través de un buen uso y gestión del avance tecnológico.

Marieta del Rivero Consejera delegada de Nokia España

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