Comisión variable para los fondos
La industria financiera es una de las más activas en la economía española, pese a que la europeización tardía ha retrasado la llegada de los ensayos exitosos de los mercados anglosajones. No obstante, hoy gestiona en fondos de inversión dinero de casi nueve millones de ahorradores e inversiones por valor del 40% del PIB, y está en la vanguardia de la gestión económica. Desde que en 1985 apareciera el primer fondo de inversión en España no ha dejado de innovar y de ofrecer productos atractivos desde el punto de vista financiero y fiscal a los particulares. Pero aún tiene un dilatado recorrido en materia de comisiones por sus servicios, en la que debe evolucionar para mantener el atractivo.
Lógicamente, el primer elemento de atracción es la rentabilidad. Pero cada vez es más determinante la comisión de gestión, elemento que algunas gestoras han convertido en parte diferencial de su trabajo. Las gestoras españolas han absorbido una parte muy abundante del ahorro nacional y han aplicado casi de forma lineal los costes a los ahorradores e inversores, sin distinción por riesgo asumido o por rentabilidad obtenida. Sólo ahora ha comenzado una pequeña batalla para que sea la rentabilidad la que determine la comisión aplicable. Algo que debe extenderse cuanto antes a todos los productos. Ahora sólo el 10% de los fondos, no llega a tres centenares, cobran en función de lo que ganan, y generalmente se concentran en los productos de gestión alternativa o fondos de inversión libre.
Tiene toda la lógica financiera del mundo que el gestor comparta el riesgo con el partícipe. Tiene todo el sentido que obtenga una buena comisión si obtiene un buen resultado que ofrecer al cliente. Pero no tiene menos sentido que renuncie al peaje de gestión si su trabajo se ha saldado con pérdidas, o al menos si ha arrojado más pérdidas que la media de los productos de su naturaleza o que el índice al que estaba referenciado. Hay ya fondos con este mecanismo. Pero son testimoniales y la industria debe generalizarlo. Si no lo hace, lo forzará la demanda.