Chrysler prepara un ajuste con más despidos en EE UU
La crisis de las marcas americanas de la automoción también ha llegado a Chrysler. La marca americana del grupo DaimlerChrysler prepara un plan de ajuste que, según Detroit Free Press, va a costar unos 10.000 puestos de trabajo en EE UU y el cierre de tres plantas, dos de montaje y una de motores. En Chrysler, donde trabajan unos 80.000 empleados, no quisieron ayer hacer comentarios.
Los despidos no son tantos como en el resto de las marcas de Detroit porque la empresa ya puso en marcha en 2001 un plan mucho más severo que ha dado lugar a la salida de 40.000 empleados desde entonces y el cierre de 16 plantas. Además del ajuste, se espera que la automovilística dé detalles sobre una relación más profunda con su matriz alemana, Daimler, en cuestiones de desarrollo e ingeniería de automóviles.
El plan se presentará el próximo día 14, a la vez que los resultados del cuarto trimestre y anuales. Sobre la cuenta de resultados, el fabricante del PT Cruiser ha podido capear el temporal de caída de ventas de Detroit mejor que sus vecinos GM y Ford, que han registrado abultadas pérdidas a lo largo de los últimos trimestres pero esta empresa, que cerró 2005 con beneficios de 1.800 millones de dólares, ya tuvo pérdidas en el tercer trimestre y se espera que cierre el año con 1.000 millones de dólares en números rojos según el diario de Detroit.
El problema de esta compañía, común al resto de las marcas americanas, es que no ha podido anticipar el cambio de preferencias de los americanos a la hora de conducir. La última gran subida del precio de la gasolina en EE UU, el verano pasado, fue un varapalo para las empresas que como Chrysler han apostado tradicionalmente por grandes automóviles, ya que la eficiencia en el consumo empezó a ser un dato relevante para los compradores. Las ventas de coches asiáticos y europeos, que han dado siempre más importancia a este factor, se dispararon mientras caían y perdían cuota los americanos.
En el caso de Chrysler, el problema es que el año pasado tuvo en varias ocasiones casi 100.000 automóviles en su inventario y tuvo que presionar a los concesionarios para que los vendieran.