Los expertos cifran el gasto sanitario en 7.000 millones más que Sanidad
España gasta más dinero en sanidad de lo que dicen las estadísticas oficiales. Así lo cree José Luis Perona, antiguo presidente del Insalud y ex secretario de Estado de Sanidad, autor y coordinador del libro Mitos y paradojas de la sanidad española, editado por el Círculo de Sanidad y presentado ayer.
Para llegar a esa conclusión, el autor ha realizado proyecciones sobre los últimos datos oficiales, correspondientes a 2003, en los que ha incluido algunos conceptos que no lo estaban en las estadísticas. Así, ha incorporado en el gasto público conceptos como los cuidados de larga duración, los gastos en I+D y formación y los cuidados de enfermería en las visitas domiciliarias, mientras que en el gasto privado ha sumado conceptos como el cuidado sanitario en residencias, la inversión ambulatoria o la salud laboral.
El resultado final entre unas y otras cifras es muy diferente. Según las últimas estadísticas de la OCDE, correspondientes a 2003, España se sitúa como el quinto país con el gasto sanitario más reducido, con un 7,7% del PIB, por delante de Luxemburgo, Irlanda, Finlandia y Austria, y es el penúltimo país de la Unión Europea en gasto sanitario per cápita, con una diferencia del 40% respecto a la media europea.
Frente a estas cifras, el autor ataca la 'borrosa' idea de que el gasto sanitario en España sea de 50.000 millones de euros y que suponga el 7% del PIB. 'Las cifras ajustadas dicen que el gasto sanitario estaría cerca de 78.000 millones en 2005 y superará los 86.000 en 2006'. Según estas estimaciones realizadas por el autor, España estaría gastando un 1% más de lo que dice en gasto sanitario público y un 28% más en gasto privado.
A juicio de Perona, el gasto sanitario ya habría cruzado la línea del 9% respecto al PIB en 2005, con lo que ya se superaría la media de la UE en esta materia, y se encaminaría hacia el 10% en 2006. Con estas cifras, España estaría gastando 6.736 millones de euros más de lo que aparecería reflejado en las previsiones oficiales, lo que supondría un gasto adicional de 0,8 décimas (casi un punto) de PIB.
De esos 6.736 millones, 1.136 millones corresponderían al gasto público, mientras que los restantes 5.600 procederían de gasto sanitario privado.