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CincoSentidos

Un entorno complicado para Wie

¿Promesa del golf o producto de marketing? Es la pregunta que los aficionados se hacen al hablar de Michelle Wie, la única mujer que toma parte regularmente en las citas del circuito masculino. Con el transcurso de los torneos la hawaiana está perdiendo apoyo popular, pero su entorno valora más los 20 millones de euros anuales que la jugadora de 17 años percibe de sus patrocinadores.

'Lo único que conseguirán es que cuando tenga 24 o 25 años deje el golf', afirma Gonzalo Fernández Castaño, jugador madrileño que disputó dos vueltas junto a Wie en el Omega European Masters de 2006, en Crans Montana (Suiza). Ella partía como invitada del patrocinador.

'No tengo nada en contra de que las mujeres participen en torneos masculinos, lo respeto. Salen desde el sitio que lo hacemos nosotros, por lo tanto se enfrentan a la misma distancia', dice Gonzalo. El español tacha de frustrante la situación por la que pasa Michelle: 'Todos los jugadores queremos ganar el español se ha impuesto en dos ocasiones en el circuito profesional europeo durante las dos últimas temporadas y ella sale a intentar pasar el corte. Como no lo consigue debe sentirse mal'. Al concluir su última actuación en el torneo de Honolulu, Wie reconoció que se iba a casa 'frustrada'.

Fernández Castaño piensa que el entorno de la jugadora no es fácil: 'Viaja siempre en compañía de sus padres, cosa que entiendo porque se trata de una chica muy joven, pero no la dejan sola ni un instante'. Su padre, de origen coreano y profesor en la Universidad de Hawai, fue quien la empujó a hacerse profesional pese a que, por edad, no puede ni ser miembro del LPGA Tour, el circuito profesional femenino de EE UU.

'Tendría que disputar el circuito femenino y jugar dos o tres torneos del masculino, hacerse como jugadora, obtener buenos resultados. La situación actual no le ayuda', insiste Gonzalo, que reconoce que durante los dos días que jugaron en Suiza ella se mostró muy agradable. 'Técnicamente no posee el juego que se requiere para disputar torneos masculinos por dos razones: no tiene la distancia ni la altura de vuelo necesaria con la bola, y esto es un problema muy importante porque se ve obligada a usar hierros más largos a green. Mientras un hombre puede jugar segundos golpes con un hierro 8, ella puede estar con un 4 en las manos', analiza el golfista madrileño.

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