Mota-Engil abre filial en España para salvar las trabas en el acceso a contratos de obras
Avance de las constructoras portuguesas en España. El primer grupo de construcción luso, Mota-Engil, acaba de abrir una filial española para intentar lograr adjudicaciones en obras en un mercado que, a su juicio, está 'muy cerrado' a las empresas extranjeras.
Es un hecho que las constructoras foráneas topan en el mercado español con la barrera de la fuerte competencia que imponen las compañías nacionales. Pese a ello, el primer grupo de este sector en Portugal, Mota-Engil, ha decidido entrar a jugar y abrir una filial de ingeniería y construcción.
Con poco más de un mes de vida desde que se dio de alta en el Registro Mercantil, la sucursal en España aspira a lograr contratos de obras públicas y privadas, tanto de carreteras, puentes, aeropuertos, vías férreas, puertos, embalses y edificios, entre otras. Así consta en la información dada al registro.
De esta forma, la primera constructora lusa ha buscado una vía para españolizarse y poder competir en mejores condiciones. No en vano, una de sus prioridades es crecer en España, donde tiene una presencia aún pequeña en el sector industrial a través de la participada Martifer.
Pero la aspiración del grupo que preside António Manuel Queirós Vasconcelos da Mota está centrada ahora en la expansión en construcción en un mercado aún vigoroso frente al portugués, que pasa por un fuerte bache.
Así, la empresa admite que intentó sin éxito conseguir algún contrato en España en 2005. Este mercado 'se mantiene muy cerrado' y a pesar de haber pujado por varias obras 'no hemos conseguido ninguna', reconoce en su último informe anual.
La constructora controlada por los Vasconcelos Mota lanza, además, una crítica al afirmar que se da una 'situación de no adjudicación de obras a empresas no nacionales'. Esto 'ha permitido' a los grupos españoles 'ganar todavía mayor dimensión', pero también 'reforzar la idea de que será más rápido garantizar una presencia fuerte' en este mercado 'a través de fusiones o adquisiciones', más que por el crecimiento orgánico. Es de destacar que, en Portugal, las constructoras españolas afrontan también mayores filtros por ser extranjeras para pujar por obra pública.
Compras para la expansión
El grupo portugués ha tanteado también alguna operación de concentración pero no colma sus ambiciones. El ejemplo: en 2005 adquirió el 50% de una pequeña empresa, Tradelsu, especializada en geotecnia, por tres millones. También ese año aumentó su presencia en Enviroil, dedicada a la recuperación de aceites usados de automoción para uso energético, hasta el 74% tras adquirir un 30% al grupo vasco Guascor. Pero hasta ahora los intentos de hacer una gran compra han resultado fallidos.
Con la filial recién constituida, ahora podrá intensificar la búsqueda de oportunidades en compras para dar un acelerón a su puesta de largo en España. Ampliar negocios en este mercado es uno de sus objetivos estratégicos. Sigue así la estela de Opca, cuarta constructora portuguesa que acaba de comprar cerca del 70% de la mediana Sarrión.
Mota-Engil facturó 1.381 millones en 2005, con un crecimiento del 18%. Mientras, cerró el tercer trimestre del año pasado con unos ingresos de 363 millones, lo que supone una ligera caída, según datos de Bloomberg. En Bolsa vale 1.200 millones, la mitad que OHL, la pequeña de las grandes constructoras españolas.
Alianza en puertos con ACS
2006 fue para la portuguesa Mota-Engil un año para estrechar relaciones con España. Firmó en abril una alianza con ACS, primer grupo de construcción y servicios del país, para el negocio logístico de puertos en Portugal. Pero este acuerdo no le sirve para ampliar presencia en el mercado español porque no está previsto en la alianza firmada por el grupo que preside Florentino Pérez.La colaboración se circunscribe a los puertos lusos. Así, Mota-Engil y ACS, a través de la filial Dragados SPL, operador portuario de terminales de contenedores, acordaron crear una sociedad conjunta, Servicios Logísticos de Puertos Portugueses, para pujar por concesiones de terminales de contenedores en ese mercado. Además, esta sociedad iba a comprar el 80% de Sadoport, la gestora de contenedores del puerto de Setúbal.