Las deudas de los promotores
El crédito concedido a los promotores inmobiliarios sigue desbocado. De acuerdo con los datos hechos públicos ayer por el Banco de España, las deudas que mantienen estos clientes con la banca ascendían, a finales de septiembre, a 221.593 millones de euros. Ello supone un aumento interanual del 49,1%.
Las cifras son realmente contundentes y anticipan, al menos a primera vista, que la fase ascendente del boom inmobiliario continúa a todo ritmo, pese a que desde diversas instancias se ha comenzado a defender que el mercado ya está en pleno proceso de aterrizaje suave. No obstante, es conveniente mirar un poco más allá de la fría estadística y hacer un análisis más fino de los últimos datos conocidos antes de sacar conclusiones definitivas.
En primer lugar, parece evidente que este espectacular incremento de septiembre está ligado a que los promotores están anticipando proyectos para sortear las mayores exigencias que les demandará el Código Técnico de la Edificación cuando entre en vigor, es decir, en enero. Este efecto ya se reflejó en la estadística de viviendas visadas entre los meses de enero y septiembre, que arrojaban casi el mismo número de proyectos que durante todo el año anterior.
Un segundo elemento a tener en cuenta es la más que posible ralentización tanto de puesta en marcha de proyectos como de concesiones de créditos como consecuencia de la resaca de los escándalos urbanísticos que han aflorado durante los últimos meses. De hecho, las entidades financieras ya están empezando a detectar esta tendencia.
A la vista de estos planteamientos, los expertos entienden que es bastante probable que en los próximos meses la tasa de crecimiento de los créditos a promotores inmobiliarios se desacelere.
Sea como fuere, lo auténticamente deseable es que esa todavía hipotética desaceleración de concesión de créditos, así como la de los precios de la vivienda, se produzca de forma paulatina, suave y sin sobresaltos.