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Tribuna
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La capacidad de asumir riesgo

Las previsiones para 2007 apuestan, salvo excepciones, por otro año de revalorizaciones en las Bolsas europeas, pero más moderadas que en 2006. Con las actuales condiciones económicas es lo lógico y razonable, según el autor, quien analiza lo que depararán los mercados el próximo año

Este 2006 que ahora acaba ha sido un buen año para los inversores en renta variable, especialmente desde verano. La verdad es que los índices han llegado más lejos de lo que a finales de 2005 el consenso de mercado estimaba. Y lo cierto es que el sentimiento de mercado sigue siendo positivo: el contexto macro es bueno, no hay demasiadas alternativas de inversión, existe liquidez y la aversión al riesgo en renta variable es moderadamente reducida.

¿Cuáles han sido los factores que han favorecido esa desviación positiva respecto de lo inicialmente estimado? Las economías han crecido más; las empresas han ganado más; la inflación está más controlada y las expectativas de alza de tipos de interés se han atemperado; persiste la abundancia de liquidez; el petróleo ha cedido desde máximos; la economía estadounidense parece que se ralentiza poco a poco, y se ha sostenido sino aumentado el ritmo de operaciones de concentración entre compañías cotizadas. Y sobre todo, desde mi punto de vista, existe mayor apetencia por los activos de riesgo.

Con alguna que otra excepción, la generalidad de las previsiones para 2007 apuestan por otro año de revalorizaciones en las Bolsas europeas, eso sí, más moderadas que en 2006. Y es que con las actuales condiciones económicas es lo lógico y razonable. En este punto, conviene preguntarse cuáles son los riesgos de que las Bolsas no avancen. El mayor riesgo es que disminuya la apetencia del inversor por la renta variable. ¿Por qué? Porque creo que ha sido el factor fundamental para explicar las revalorizaciones habidas durante 2006.

¿Y qué puede llevar a que se exija más prima a la renta variable? Básicamente que varíen las condiciones de liquidez del sistema, que la inversión se fije en activos financieros alternativos para colocar los fondos y se altere el equilibrio existente, o que se reduzca la expectativa de beneficio de las empresas. El empeoramiento de las condiciones de liquidez parece, hoy por hoy, poco probable. El aumento de las expectativas alcistas de tipos de interés, salvo que ocurra lo imprevisible, y me refiero a un aumento del precio del petróleo que se traslade a costes laborales, uno de los temores de los bancos centrales, tampoco parece probable. Quizá el mayor riesgo se encuentre en los beneficios de las empresas, instituciones que se hallan operando en entornos de altas rentabilidades sobre recursos propios y crecimientos importantes de la cifra de negocio.

¿Habrá una corrección dentro de la supuesta tendencia alcista que se producirá en 2007? Podría existir, desde luego. De hecho, una buena parte del mercado, entre los que me incluyo, esperábamos cuanto menos una consolidación de niveles a partir del mes de agosto de 2006… Y de llegar en 2007, entiendo que, al margen de factores que puedan actuar a modo de catalizador, la verdadera razón sería la combinación de la elevada velocidad de ascenso de las cotizaciones y la necesidad del inversor de reflexionar sobre la evolución del mercado.

¿Cuál será la evolución relativa de la Bolsa española en 2007? Dentro de las Bolsas europeas, la renta variable española debería pasar a un segundo plano en términos de liderar las ganancias. Básicamente porque buena parte del comportamiento diferencial positivo del Ibex 35 durante 2006 ha sido debido a movimientos corporativos, y, a priori, ya no quedan demasiadas empresas susceptibles de repetir acontecimientos. Quizá la fiebre corporativa se traslade a Europa y podamos asistir a las tan anheladas fusiones transnacionales, siempre que los Gobiernos de las compañías afectadas bendigan las operaciones...

Todo ello no quita que 2007 vaya a ser una año de decisiones difíciles desde el lado de la inversión. Si bien es cierto que es realmente complicado mantenerse al margen de un mercado alcista, no es menos cierto que a cada paso vamos asumiendo mayores riesgos. Riesgos en parte mitigados por una relativa mejora / mantenimiento del escenario y mejores resultados empresariales respecto de previsiones, pero en parte dependientes de la psicología del comprador (reducción de la prima de riesgo) y de la falta de alternativas de inversión.

En mi opinión, la capacidad de asumir riesgo será clave, y la evolución de los beneficios empresariales uno de sus más directos determinantes.

Jesús Muela Director del Área de Análisis y Corporate Finance de GVC SV

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