De profesión, parado
Thierry F. apartó de su vida hace 22 años la trampa en la que, según él, cae el francés medio: formarse, trabajar y pagar impuestos. 'Cuando observo las familias que me rodean, quedo consternado por sus dificultades cotidianas. Ganan bien su vida y, sin embargo, se tambalean. Tienen problemas de dinero, créditos que no logran pagar. A veces trabajan por las noches y los fines de semana. Cuando pienso en lo atrevido de la frase el trabajo es la salud '. Así que Thierry, de 45 años, decidió apartarse de este 'negro camino' y vivir del generoso Estado de bienestar galo para realizar su sueño, la dulce vida del ocio. En un libro de 185 páginas este francés desgrana con detalle cómo su conocimiento de hasta el último resquicio de la ley francesa le ha permitido, a partir de seis meses de actividad en 1980, cuatro meses en 1987, nueve meses en 1989 y un año en 1993 vivir de las medidas de acompañamiento a los desempleados. No hay un solo ápice de ilegalidad en su camino de parado profesional. '¿Qué culpa tengo yo si mi país acepta desembolsar 10.000 millones de euros cada año para acompañar a sus parados, dos veces más que el resto de países de la OCDE?', se pregunta con buena dosis de cinismo. Y si bien lleva una vida sencilla, es propietario de un pequeño apartamento de 30 metros con vista a un jardín y de un coche Alfa Romeo, todo sin hacer 'nada extraordinario, sólo seguir la legislación francesa'.
Su secreto se llama Ayuda Específica de Solidaridad a la que en Francia tiene derecho un parado que ha agotado todas las ayudas existentes. Los únicos requisitos para obtenerla son demostrar la búsqueda activa de empleo y justificar cinco años de actividad. Arrancar una entrevista de trabajo no resulta extremadamente difícil. Primer requisito cumplido. Y en Francia, actividad es sinónimo de servicio militar, de periodos de formación, de seguro de desempleo y de ayudas estatales. Segundo requisito. Si a eso le añadimos las ayudas públicas para alojamiento y préstamos bancarios especiales, llegamos a un total de 120.960 euros de 'salario público' en 22 años.
El mastodonte en el que se ha convertido el servicio de desempleo en Francia desde la llegada del paro masivo en los años setenta facilita la tarea de los alérgicos al trabajo como este personaje. Hoy, ya no es necesario presentarse ante las oficinas del paro regularmente. Para seguir recibiendo el seguro de desempleo basta con 'presentarse' a través de internet o por teléfono.
Desafortunadamente para Thierry, que defiende su actividad como un 'arte', el de 'aprovecharse de la estupidez del Estado', el aumento progresivo de parados aprieta el cinturón a los recién llegados. Si en los años ochenta seis meses de trabajo como agente de vigilancia en æpermil;lectricité de France (EDF) daban derecho a dos años de paro, hoy, seis meses de trabajo sólo dan derecho a seis meses de seguro de desempleo.