Berlín intenta rebajar las expectativas sobre su semestre presidencial de la UE
Alemania presentó ayer en Bruselas el programa de trabajo para su semestre presidencial en la Unión Europea, que se inicia el próximo 1 de enero. La crisis de identidad que sufre el club desde el descarrilamiento de la Constitución europea ha disparado las expectativas ante la presidencia de su socio más poderoso, el cual goza en estos momentos, además, de una boyante situación económica.
Por eso, tal vez, el ministro de Asuntos Exteriores, Frank Walter Steinmeier, insistió ayer durante la presentación oficial de la presidencia en que 'no se pueden esperar milagros' durante el semestre alemán.
Berlín intentará, en primer lugar, recuperar el proyecto constitucional, aunque su objetivo no es más que fijar en junio el calendario tentativo para superar la crisis institucional. La siguiente presidencia, Portugal, determinará en diciembre las partes del texto que pueden aprovecharse y el pacto definitivo no se espera hasta diciembre de 2008.
En el terreno económico, Alemania dará prioridad a la iniciativa de la Comisión Europea para armonizar la base imponible del impuesto de sociedades. Pero ese proyecto tampoco podrá rematarse antes de 2008.
El Gobierno de Angela Merkel encarrilará también la política común energética, a partir de las propuestas sobre integración de los mercados que se harán públicas el 10 de enero.