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El nuevo plato de la carta: Mercedes para ir y venir del restaurante

La hostelería vasca acaba de dar otro quiebro, legal, eso sí, para facilitar a sus clientes la degustación de vinos y licores. Antes de sentarse a la mesa, muchos comensales tienen en mente las normas de tráfico que sancionan a quienes superan los niveles de alcohol en sangre permitidos por la ley. La mayoría de los restaurantes de Euskadi ya se han apuntado a la moda de regalar un envase para que sus clientes puedan llevarse a casa la botella con el vino que no han consumido, con el fin de evitar superar esas tasas.

'Esto lo aprendimos con los turistas estadounidenses, cuando se inauguró el Museo Guggenheim (en 1987)', señala Daniel García, cocinero y propietario del restaurante Zortziko, que cuenta con una estrella de la Guía Michelin. 'No se cortaban a la hora de retirarse con la botella, algo que en Bilbao sólo lo habíamos visto en el cine', añade el restaurador, que entiende que es una actitud 'de respeto a la cultura del vino'.

Desde el Zortziko han querido dar un paso más allá del envase, conscientes de que muchos clientes limitan su consumo de alcohol por el temor a encontrarse en la carretera con un control de alcoholemia de la Ertzaintza. 'Y es que con una copa de vino estás al límite del reglamento', señala el chef.

La oferta llega ante la Navidad, cuando aumenta el número de citas. El consumo de copas de sobremesa cayó un 40% con las nuevas normas de tráfico

Es una tendencia confirmada por Gabriel Acha, gerente de Destilerías Manuel Acha y tataranieto de uno de los fundadores de la compañía, que elabora el licor Karpy y el popular pacharán Atxa. En su opinión, el consumo de licores durante la sobremesa, uno de los momentos mágicos en torno al mantel, ha caído un 40% tras la reforma del reglamento de tráfico, que penaliza más a los que se han pasado con el vaso.

Daniel García ha contratado el servicio de una flota de turismos Mercedes con sus correspondientes conductores. En las cenas, el restaurante invita a los desplazamientos de ida y vuelta a los clientes que eligen su carta. Los vehículos de la marca de la estrella los van a buscar al sitio indicado, 'siempre que no haya que ir hasta Burgos', indica García por poner un límite, y al acabar la velada gastronómica tienen en la puerta el Mercedes para volver a casa o al hotel.

De momento, este servicio gratuito estará en marcha durante este mes y el próximo, un periodo clave por las numerosas comidas de Navidad que se celebran. Si hay demanda, García no descarta ampliarlo al resto del año.

Los clientes 'al principio se mostraban escépticos, pero ahora el tema de los coches funciona de maravilla', indica el restaurador. Bilbao, según las quejas de los hosteleros, es otra ciudad con problemas para el aparcamiento en vía pública. La capital vizcaína, el tradicional botxo entre montes, no da más de sí en sus calles, y desde el ayuntamiento se ha apostado por un mayor protagonismo de los peatones, con más paseos y aceras ensanchadas. Todas las barreras que hagan falta para que los conductores utilicen el transporte público. 'A la hora de comer hay que olvidarse de aparcar', dice García.

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