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Energías renovables

La rentabilidad de proteger el medio ambiente

El cuidado del medio ambiente tiene cada vez más peso en la sociedad española y, en consecuencia, también lo está adquiriendo como sector empresarial. Cada año aumenta el número de empresas que centran su actividad en cuestiones medioambientales. Más allá de las compañías dedicadas a las energías renovables, que han experimentado un crecimiento exponencial en los últimos años, hay otras empresas, que gestionan y reciclan residuos, miden la contaminación del aire o asesoran a otras en temas verdes, y que juegan su papel dentro de esta industria en auge.

La ministra de Medio Ambiente, Cristina Narbona, clausuraba este pasado viernes el Octavo Congreso Nacional del Medio Ambiente (CONAMA), con el compromiso de construir “un mundo más justo y sostenible”. Narbona añadía una crítica a “las organizaciones que no tienen entre sus objetivos conciliar el respeto al medio ambiente con sus respectivas actividades”. La excepción, “aquellas que han hecho de esta causa su razón de ser”. Y algunas de estas empresas han expuesto esta semana, junto a los espectaculares stands de las principales eléctricas o constructoras, “otras” experiencias empresariales del sector verde.

Medir el aire o gestionar la basura

Extenco, una compañía que nació hace diez años en Madrid, tiene en la medición de la contaminación del aire uno de los pilares de negocio. Con este cometido, ha desarrollado unos analizadores que permiten conocer, entre otras variables, la cantidad de CO2 que hay en el aire que genera una industria o alrededor de las obras de la M30. “Es una de las zonas donde tenemos instalados los dispositivos”, explica Miguel Ángel García, responsable de ventas de la entidad mientras expone las “cajas” medidoras en su stand del Conama. “El medio ambiente es un sector con futuro, pero hay que saber diversificar”, añade. Por ahora, a ellos no les va mal. Este año cerrarán con una facturación cercana a los tres millones de euros, un 20% más que el año pasado.

El de los residuos es otro de los campos que más negocio mueve. De acuerdo con los datos hechos públicos el viernes por el INE, en 2004 la industria española generó 56,2 millones de toneladas de residuos de las que 29,4 millones fueron recogidos por las empresas encargadas. El 52,4% de los residuos “no peligrosos” se recicló. En cuanto a los residuos urbanos, se recogieron 27,9 millones de toneladas, de las que 6,4 millones correspondieron a recogida selectiva (papel y vidrio). En este último porcentaje, Administración y ecologistas han puesto especial énfasis en los últimos años. A todos no suena el “Separar, para reciclar”.

Quizá pensando en esto a la empresa Cervic, fabricante de componentes plásticos, como envases para CD, se le ocurrió crear una división medioambiental a través de la que va a lanzar el próximo año una especie de “lego” para el reciclado en casas, comunidades de vecinos u oficinas. Para ello han desarrollado toda una gama de cubos y accesorios para todo tipo de materiales: pilas, cartuchos de impresoras, aceite o baterías de móvil. La idea es que cada empresa, comunidad o usuario construya su espacio de reciclado “personalizado”.

Dos nuevas asociaciones para el sector

“Estamos ante un sector maduro que aporta y va a aportar mucho en términos económicos, de creación de empleo, pero que necesita internacionalizarse, cooperar para crecer aún más”, explica Jordi Gallego, precursor de Asema, una de las dos asociaciones del sector que se han presentado en esta edición del Conama y cuya primera labor será, precisamente, cuantificar el impacto económico del sector. “Actualmente no hay datos sobre cuántas empresas hay, qué suponen del PIB (Producto Interior Bruto) o cuánto empleo generan”, explica Gallego. “Y ya estamos trabajando en el primer estudio”. Por el momento, en Asema se han integrado alrededor de 50 empresas.

La segunda ha sido la Federación Española de Asociaciones de Medio Ambiente (FEAMA), que, según su presidente Fernando Reyero, nace “con la vocación de aunar los esfuerzos de todos los empresarios que forman parte del sector de bienes y servicios medioambientales”. El objetivo: fomentar la mayor complicidad entre la administración y los sectores económicos, a fin de conseguir una verdadera sostenibilidad. Un fin que seguro comparten prácticamente todas las empresas del sector, junto, por supuesto, con el de ser rentables.

El negocio del viento (y de las primas)

Las energías renovables son sin duda uno de los negocios más potentes del sector. De acuerdo con los últimos datos, de 2004, en España hay más de 1.400 empresas dedicadas a producir energías limpias. Las primas que reciben por generar este tipo de energía han dado un fuerte impulso a estas empresas que el viernes pasado, a través de la Asociación de Productores de Energías Renovables (APPA) y la Asociación Empresarial Eólica (AEE), precisamente mostraron su rechazo al borrador del nuevo Real Decreto sobre la retribución porque “reduce la rentabilidad de las instalaciones y hace inviables inversiones futuras”.El pasado mes de agosto, el Gobierno puso en marcha el Plan de Energías Renovables 2005-2010, en el que se recoge que el 12,1% del consumo de energía primaria en 2010 provenga de las energías renovables. Según las asociaciones, la nueva normativa impediría cumplir este objetivo. Por el contrario, el secretario de Energía, Ignasi Nieto, aseguró el pasado jueves que las actuales primas garantizan una rentabilidad adecuada (7% después de impuestos) para continuar con el desarrollo de instalaciones eólicas y evitará que se construyan parques eólicos ineficientes. Según los datos manejados por Nieto, el montante actual de las primas es de 1.200 millones de euros (el 80% de esta cantidad lo recibe la eólica) y con el nuevo modelo en 2010 ascenderá a 1.900 millones de euros.

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