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Manuel Marín

'El Reglamento hará la ejecución presupuestaria más transparente'

Va a volcar su esfuerzo en las próximas semanas en sacar adelante el nuevo Reglamento del Congreso, que introduce racionalidad en el debate presupuestario y prevé la creación de una oficina conectada al Ministerio de Economía desde la que se podrá seguir la evolución de la ejecución de las cuentas estatales.

Este es el cuarto intento de modificar el Reglamento de la Cámara Baja, después de los que promovieron los ex presidentes Félix Pons, Federico Trillo y Luisa Fernanda Rudi.

¿Qué posibilidades reales hay de que esta vez salga adelante?

Confío en que ahora se tome la decisión porque estamos en un buen momento, hasta que lleguen las elecciones municipales y autonómicas.

'Hay gran dificultad para reformar la Ley de Financiación de Partidos'

¿Depende más de los nacionalistas o del PP?

Bueno, está el debate de la cuestión lingüística, que no digo que no sea importante, pero en el Congreso no tiene qué representar dificultades porque tenemos una obligación legal que es el Estatuto de autonomía de Cataluña que establece el derecho de los ciudadanos catalanes a dirigirse por escrito en su lengua propia a los órganos constitucionales. Haré una propuesta que es muy similar a la que ya existe en el Parlamento europeo para resolver este problema.

¿Qué aportará el nuevo Reglamento al control de la ejecución presupuestaria?

Aumentará la calidad del debate político. En el sistema español no existen las interpelaciones al presidente del Gobierno, con lo cual el debate entre éste y el principal líder de la oposición sólo se produce una vez al año con ocasión del debate del estado de la nación y los dos debates sobre Europa. Con el nuevo Reglamento habrá dos interpelaciones directas al año al presidente por parte del líder de la oposición. También se introduce la posibilidad de demandar dos debates de actualidad anuales, que podrán pedir dos grupos parlamentarios o quien tenga más de 50 diputados, en este caso el PP. Lo que ha fallado en el debate presupuestario es el sistema, razón por la cual se han despegado de él, incluso, los periódicos especializados. En el nuevo Reglamento suprimiremos la posibilidad de enmendar en sesión plenaria porque se generan debates sobre enmiendas contradictorias que se hacen incomprensibles. Sólo se podrá enmendar en el trámite de comisión con lo cual recuperamos el buen trabajo que se hizo en este Parlamento de grandes ponentes y buenos debates técnicos en la comisión, que falta nos hace. En el pleno sólo habrá debates de totalidad sobre el Presupuesto que tendrán, lógicamente, perfil político. También regulamos las comparecencias presupuestarias de forma que la de los ministros sean en la comisión de Presupuestos, donde defenderán el gasto de su ministerio. Allí se votarán las enmiendas y al pleno sólo llegarán los votos particulares a cada sección que tendrán componente político y no se votarán. Sólo se votará el dictamen. Habrá, pues, un solo voto de totalidad. El objetivo es que el trabajo de comisión dure lo que tenga que durar con debates en profundidad. En suma, reduciremos enormemente la mecánica actual del debate presupuestario, que confieso yo mismo no la entiendo.

¿Qué papel tendrá la Oficina Presupuestaria?

Su creación está aceptada en términos políticos aunque desde hace tiempo se preveía y nunca se ha hecho. Con esta Oficina conectaremos el Parlamento y la comisión de Presupuestos con el sistema del Ministerio de Economía. Sabremos en cada momento cual es el grado de gasto real y de ejecución presupuestaria, un elemento de trabajo que tienen todos los parlamentos modernos, menos éste.

¿Cómo se garantizará su independencia?

Pues en función de la gestión que se haga desde dentro del Parlamento. La independencia de la Oficina la tutelará el presidente del Congreso y sus órganos de gobierno. El director será o un funcionario de la casa o alguien venido de fuera, pero tendrá que tener un comportamiento exquisito con todos los grupos. No puede ser un demérito para el Parlamento que a través de esta institución la opinión pública conozca el grado de ejecución del Presupuesto. Habrá, pues, más transparencia en la ejecución presupuestaria.

¿Por qué se ha perdido la oportunidad de regular los lobbies?

Pues porque este tema estaba vinculado, sobre todo, a la ley de financiación de partidos políticos, un debate que todo el mundo promete que se va a resolver, pero que no se resuelve. Tenemos que ser mucho más transparentes en la financiación de los partidos. Ahora hay vivo un proyecto de ley que es el séptimo ensayo desde que lo inició Félix Pons. Han pasado seis legislaturas. Son los mitos y leyendas del diagnóstico de cómo poner al día la democracia española. Va en todos los programas electorales de todos los partidos, pero luego hay una enorme dificultad para llevarlo a cabo.

¿No hay demasiada manga ancha en las incompatibilidades de los diputados?

No, porque están muy tasadas y funcionan bien. Todo el mundo que pide información sobre declaración de actividades de los diputados la obtiene. Yo mismo he aceptado que me investiguen en el Banco Mundial para un trabajo de transparencia que hacen sobre diputados de las Cortes y representantes de las instituciones democráticas.

'Salarios por debajo de la media'

Manuel Marín mantiene que los salarios que cobran los parlamentarios españoles están por debajo de la media europea, a pesar de la demagogia con la que suele abordarse esta cuestión. 'Ha sucedido así porque no se han explicado correctamente las cosas. En la página web de Las Cortes he publicado los salarios del presidente, los miembros de la Mesa y de los diputados. Viendo lo que cobran los políticos llegamos a la conclusión de que no cobran lo suficiente. Pero cuando se habla del sueldo de los políticos, siempre surge la crítica comparándolo con la pensión de una viuda del SOVI. Planteado así es un debate perdido. Pero comparado con lo que ocurre en Europa puedo decir que los políticos en España cobran muy por debajo de la media', razona el presidente del Congreso.Marín explica que la idea de dar un nuevo empujón, quizás el definitivo, a la reforma del Reglamento surgió el pasado julio en una reunión con José Luis Rodríguez Zapatero. 'Me sugirió que era un buen momento para intentarlo, y sólo le dije que, por favor, no me animaran para luego frustrarme otra vez'.

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