El Parlamento Europeo (PE) ha aprobado hoy definitivamente la directiva que liberaliza la prestación de servicios en el mercado comunitario. La norma, conocida como directiva Bolkestein, ha sido objeto de una controvertida tramitación de casi tres años de duración.
En virtud del pacto de los principales grupos -Partido Popular Europeo, Socialista y Liberales- el pleno adoptó sin enmiendas de fondo, el texto previamente consensuado con los gobiernos nacionales.
La directiva, que entrará en vigor en un plazo de tres años, reduce los trámites burocráticos para que una empresa de servicios pueda operar en Estados miembros distintos al de establecimiento, incluso si carece de filiales en ellos. No obstante, permite a los Estados miembros restringir la apertura del sector por razones de "orden público, seguridad pública, protección al medio ambiente o salud pública", siempre que no discriminen al hacerlo entre empresas nacionales y europeas.