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Tribuna
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El triunfo de Lula y la continuidad del modelo

El triunfo de Luiz Inácio Lula da Silva en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales marca la continuidad del modelo que está llevando a cabo en Brasil, de la mano de un mercado interno en crecimiento y el impulso de las ventas externas. La comunidad internacional sigue atentamente la evolución de la economía del país debido a la importancia relativa de Brasil tanto a nivel regional como internacional.

En el Cono Sur, la economía brasileña ostenta el mayor PIB, representando el principal mercado, con más de 180 millones de consumidores. Si a ello se suman los socios del Mercosur, sin tener en cuenta la incorporación de Venezuela, el mercado se amplía a más de 220 millones. Esto le convierte en un mercado altamente atractivo para capitales externos que buscan ampliar sus fronteras. A nivel internacional, Brasil es una de las mayores economías en desarrollo, por detrás de China, Rusia e India. Es uno de los principales exportadores de commodities del mundo, principal exportador de aves del continente, junto a EE UU, y de manufacturas -línea blanca, automóviles, vestido y calzado-. El pasado ejercicio, la Unión Europea fue el principal destinatario de las exportaciones del país, tanto de materias primas como de productos manufacturados.

Durante el mandato recién finalizado, la economía del país ha seguido creciendo y ha disipado algunas dudas suscitadas con el ascenso de Lula al poder en 2003. El PIB creció a un ritmo del 0,5% en 2003, 4,9% en 2004 y 2,3% en 2005. En el último año, las exportaciones alcanzaron los 118.000 millones de dólares, lo que representó un crecimiento del 96% respecto a 2002. La inflación, variable relevante para las economías latinoamericanas, se ha mantenido en cifras menores a dos dígitos y han mejorado los ingresos de las clases bajas.

Por su parte, la inversión extrajera superó los 15.000 millones de dólares en 2005. En poco más de una década, España se ha convertido en el tercer país en inversiones directas extranjeras (IDE) en Brasil, con un stock acumulado de 18.592 millones de dólares, por detrás de EE UU (42.584 millones de dólares) y de Holanda (28.677 millones dólares), según datos del Banco Central de Brasil.

En el caso de España, los flujos de inversión más abultados se produjeron en los años noventa, cuando las grandes multinacionales, como el Santander, Telefónica y Endesa, se instalaron en el país. A pesar de la pronunciada caída en 2003, en la actualidad el ritmo inversor español, con especial interés en el sector turístico y el de la moda, vuelve a dinamizarse, esta vez de la mano de las pequeñas y medianas empresas.

Gran parte de estos capitales se destinan hacia los sectores manufactureros, igualando a los servicios, sector estrella durante la década anterior. A esto se suma el buen desempeño del sector financiero, de la mano de atractivas tasas de retorno, descenso del indicador del riesgo país y un fuerte crecimiento de los índices bursátiles. Todo ello ha generado un buen clima para los inversores nacionales e internacionales.

Con este panorama, Lula inicia su segundo mandato. El principal desafío al que se enfrenta el país en los próximos años es aumentar su tasa de crecimiento, que ha sido relativamente moderada en los últimos años, a través del consumo doméstico y las exportaciones. En el plano interno, las mejoras macroeconómicas deberían continuar su derrame a la sociedad, sobre todo a las clases menos pudientes, que son el sustento principal del actual Gobierno.

Todo parece indicar que en este segundo mandato Lula llevará adelante medidas sociales que no fueron implantadas en la primera etapa. Dichas medidas no deberían generar inquietud en los inversores ya que el Gobierno dista de generar un clima de incertidumbre, del estilo de Hugo Chávez o Evo Morales.

La incertidumbre en plano internacional es si los precios de las commodities continuarán en los niveles actuales o por el contrario iniciarán un periodo de estabilización a la baja. Dado el actual crecimiento de China y su creciente demanda de materias primas se esperaría que estos precios mantengan sus niveles actuales en el corto plazo, beneficiando la posición exportadora agroindustrial de Brasil. Por el contrario, los precios de las manufacturas podrían tender levemente a la baja por la gran cantidad de producción que China vuelca al mundo.

Las actuales condiciones por las que atraviesa Brasil -estabilidad jurídica, economía en crecimiento, mejora de las condiciones sociales domésticas- junto a las favorables perspectivas internacionales, indican que el país continuará llevando adelante el actual modelo económico, de la mano de un mercado interno en crecimiento y el impulso del capital extranjero.

Daniel Monzón Gerente senior de Arthur D. Little

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