Telefónica celebra O2 con 1.300 invitados
Hoy se cumple el primer año de la mayor adquisición de la historia española. Telefónica lo festeja con sus 1.300 directivos
Pasaban pocos minutos de las ocho de la mañana cuando Telefónica dio la noticia: la operadora española ponía al fin un pie en Europa con la mayor compra de la historia empresarial española. Más de 26.000 millones de euros -17.700 millones de libras- a pagar por O2, la operadora de telefonía móvil segregada de la británica BT con presencia en Reino Unido, Alemania e Irlanda.
Hoy se cumple un año del anuncio de la operación y Telefónica lo celebra con la primera macro reunión de directivos desde 2004. Unos 1.300 altos ejecutivos de la compañía procedentes de todos los rincones del planeta se darán cita para oír de la boca del presidente, César Alierta, y de los otro cuatro representantes del comité ejecutivo -Julio Linares, Santiago Fernández Valbuena, Antonio Viana-Baptista, José María Álvarez-Pallete y Peter Erskine- los nuevos planes para la compañía, surgidos tras un saneamiento de la firma y de los activos no estratégicos, una vorágine de compras y una estrategia renovada centrada en la convergencia de tecnologías y la fusión de filiales para dividirse por países.
Y es que ha sido un año intenso para Telefónica. La compra de O2 fue el máximo exponente, pero sólo el punto intermedio de una agresiva apuesta por las adquisiciones. Antes que ella vinieron las filiales latinoamericanas de Bellsouth, Cesky Telecom y el 5% de China Netcom, y después todavía quedó fuelle para hacerse con Colombia Telecom y entrar en Eslovaquia.
Nueva diversificación
Todas estas compras han cambiado el perfil de Telefónica y han disparado sus ingresos, que marcan máximos trimestre tras trimestre desde hace un año y medio. Pero quizá la diferencia más evidente es la diversificación. En 2004, España sola aportaba el 70,7% del Ebitda de la compañía; ahora está en el 45%. Y todo lo cedido por el territorio nacional lo ha ganado Europa, porque Latinoamérica ha mantenido su peso histórico por la consolidación de las filiales de Bellsouth. Brasil sigue siendo el segundo país que más contribuye al Ebitda de Telefónica, pero el tercero es ya Reino Unido y el cuarto, la República Checa. Alemania anda en los lugares intermedios, empatada con Chile o Perú y por debajo de Argentina o Venezuela.
Por zonas geográficas, detrás de España sigue apareciendo Latinoamérica como segundo generador de Ebitda, mientras que Europa quedaría en tercer lugar, con el 19% del resultado bruto de explotación consolidado al cierre del primer semestre de este año.
Con un año de distancia, Telefónica ha demostrado que la estrategia de adquisiciones es rentable, que no penaliza a la remuneración al accionista y, por fin, tampoco a la cotización. Porque la compañía se presentará ante sus directivos con la acción en 15 euros, el nivel más alto desde 2001, gracias a una carrera alcista que se inició con el arranque de este mes. Este rally pone fin a las reticencias de los analistas sobre las posibilidades bursátiles de Telefónica y permite a la operadora española ponerse a la par de sus homólogas más aventajadas en subida acumulada en lo que va de año, una asignatura en la que estaba rezagada.
En capitalización, sin embargo, la historia es otra. Hace tiempo que Telefónica adelantó al resto de los ex monopolios europeos y lo que ha hecho ahora es poner años luz de distancia. Ayer terminó a 73.817 millones de euros y está cerca de llamar a la puerta de entrada al selecto club de las compañías con más de 100.000 millones de dólares de valor en Bolsa, del que son miembros China Mobile, Vodafone, AT&T y Verizon.
Pero Telefónica tiene todavía dos asignaturas pendientes. La primera es demostrar que puede digerir la compra de O2 más allá de lo ya hecho. Es cierto que, pese a que ha duplicado su deuda a más de 54.000 millones, ha logrado superar los retos de la Bolsa y de los resultados, pero también es una realidad que la operadora todavía no ha marcado récord de beneficios trimestrales desde que se hizo con la británica. En el tercer trimestre de 2005, justo antes de anunciar la adquisición de O2, Telefónica ganó 1.418 millones, una cota que todavía no ha repetido. El segundo reto es seguir creciendo como hasta ahora sin el impulso de las compras y en mercados más maduros.
Para conseguirlo, Alierta anunció en julio la nueva Telefónica, integrada y centrada en la convergencia de tecnologías. El cambio se está implementando ahora y hoy el presidente lo expondrá a sus primeros espadas.