_
_
_
_
Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

Dificultades en la gran asignatura

El principal objetivo de la política económica es desde hace años recomponer el modelo de crecimiento, proporcionando más peso a aquellas actividades intensivas de capital tecnológico, que son las que tienen recorrido productivo a largo plazo. En los últimos años, la economía española ha generado avances de la ocupación muy superiores al PIB, pero es a todas luces mejorable la calidad del empleo. Volcado en los servicios y la construcción, ha erosionado de forma alarmante la productividad aparente del factor trabajo, por mucho que su aportación a la demanda mantenga vivo el crecimiento del PIB.

El Gobierno abanderó el discurso de búsqueda de un crecimiento con más proyección, basado en la tecnología y la cualificación profesional, pero ha terminado agarrado a los réditos nominales que proporciona una economía cada vez más terciarizada, y en la que las manufacturas de valor añadido pierden peso. Pese a todo, ha hecho esfuerzos presupuestarios notables en las partidas destinadas a I+D, así como en dotación de becas, incluso al punto de que el objetivo estará cubierto un año antes de cerrar la legislatura.

Pero sólo el objetivo nominal. Los reales siguen alejados. La Oficina de Economía de Presidencia, que conduce el itinerario de España a las metas fijadas en la Cumbre de Lisboa, admite que lograr una inversión en I+D del 2% del PIB en 2010 está fuera del alcance de España. De hecho, en algunos borradores cifra en 25 años el calendario necesario para lograrlo, de mantenerse el ritmo actual. Todavía ahora un buen número de las medidas están sólo en fase de estudio.

La mitad de la responsabilidad es de las empresas, pese a estar plenas de razón al cuestionar la fiscalidad en la reforma del Impuesto de Sociedades en lo referente a incentivos a I+D+i. España necesita caminar más deprisa que los demás para llegar al mismo tiempo. Y muchas veces más que gasto público se precisa el mejor de los escenarios fiscales para que la inversión se centre en la investigación. Hay ejemplos muy explícitos, como el irlandés, que deben ser ensayados.

Archivado En

_
_