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Tecnología

La retirada de baterías recorta los beneficios de Sony un 38%

El gigante japonés Sony no olvidará este año. La compañía anunció ayer que rebaja un 38% su previsión de beneficio neto para el ejercicio fiscal 2006. El segundo mayor fabricante de electrónica de consumo del mundo hizo público que para el ejercicio que finaliza el 31 de marzo espera unos beneficios de 80.000 millones de yenes (unos 533 millones de euros) frente a los 130.000 millones de yenes (868 millones de euros) previstos el pasado mes de julio.

Las cifras resultan aún más alarmantes al hablar del beneficio operativo, que caerá un 62% respecto a las expectativas anunciadas. Este desastre económico es la consecuencia directa del fallo en las fábricas de Sony en la producción de sus baterías para ordenadores portátiles, que ha obligado a la multinacional a retirar del mercado 9,6 millones de unidades, según las últimas cifras que van creciendo mes a mes.

Los problemas con las baterías de Ion Litio van a costar a Sony unos 359 millones de euros. Esta cifra dobla los cálculos iniciales de la empresa nipona anunciados en agosto, cuando hablaba de aprovisionar la mitad de esa cantidad. Esta suma será contabilizada en los libros de su segundo trimestre finalizado en septiembre, por lo que el beneficio en este periodo ha caído un 93%. El portavoz de Sony, Takashi Uehara, ha asegurado que esta cantidad no contempla provisiones ante posibles demandas, por lo que sugiere que finalmente la cantidad a provisionar terminará siendo mayor.

Esta misma semana Toshiba, Hitachi y Fujitsu anunciaron que estaban estudiando pedir a Sony indemnizaciones por el daño causado a su negocio informático y a su imagen de marca.

El otro gran problema que lastra las cuentas de Sony procede de su división de videojuegos. El retraso de la PlayStation 3, a causa de problemas en la fabricación masiva de su nuevo sistema de vídeo de alta definición blu-ray, se ha complicado con una bajada de precios de la consola en Japón para competir con sus rivales Nintendo y Microsoft.

Además, la compañía no tendrá su máquina de juegos en Europa para la campaña de Navidad. Sony calcula que estos problemas van a suponerle unas pérdidas de unos 210 millones de euros.

Menos ventas de PSP

La crisis también ha salpicado a su consola portátil PSP, que lanzó al mercado hace dos años. Sus ventas han sido revisadas a la baja de 12 a nueve millones de unidades. En contraste, su competidor Nintendo dijo a principios de este mes que las ventas de su última máquina portátil de juegos DS alcanzaría los 20 millones de unidades, cuando en sus primeras previsiones habló de 17 millones.

Las pérdidas económicas son sólo uno de los efectos del mal momento que atraviesa la compañía japonesa. Sony teme que estos traspiés causen un daño en su imagen de marca difícil de reparar y que otros fabricantes de baterías puedan aprovechar su bache.

Samsung, Nec e Hitachi se frotan las manos a la espera de que los fabricantes de portátiles afectados por las baterías defectuosas de Sony (Dell, Apple, Lenovo, IBM, Toshiba, Hitachi, Fujitsu-Siemens y Sharp, entre otros) cambien su política de proveedor. La propia Sony se vio forzada el pasado martes a anunciar que retiraba 90.000 baterías de sus propios ordenadores portátiles Vaio vendidos en China y Japón.

Esta profunda revisión de todos sus resultados ha sido un duro revés para Ryoji Chubachi y Howard Stringer, presidente y consejero delegado de la compañía desde junio de 2005. Su llegada a la dirección de la multinacional supuso recortes importantes de empleo y la venta de unidades de negocio que no consideraban estratégicas. Parecía que estos ejecutivos habían logrado encarrilar a Sony hacia la rentabilidad e incluso habían introducido nuevas marcas de gran éxito como los televisores planos de LCD Bravia. Pero nunca pensaron que unas simples baterías les fuesen a costar tan caro.

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