Las constructoras necesitan más aliados
La partida para que las recién desembarcadas constructoras en el mapa de la energía busquen alianzas no ha hecho más que empezar. Las tres, por orden de desembarco en las grandes empresas energéticas, Acciona, ACS y Sacyr Vallehermoso tienen limitados sus derechos de voto al 10% en las inversiones que han realizado en las tres últimas semanas: el 10% en Endesa, el 10% en Iberdrola y el 9,24% en Repsol. Este blindaje generalizado en el sector les obliga ahora a optar por una vía más rápida que el cambio de estatutos de las compañías, y que no es otra que buscar más apoyos. Uno de ellos pueden buscarlo en el propio mundo del ladrillo porque la incursión de una competidora está en el aire.
La rapidez de movimiento que han desplegado las constructoras después de la irrupción de los Entrecanales en Endesa el pasado 25 de septiembre para entorpecer la opa de la alemana Eon demuestra que las tres tienen la información mínima para ejecutar una actuación urgente porque lo contrario significa quedarse fuera del juego. Y lo que se reparte es la reordenación de un sector estratégico para la economía que ahora ha tomado la bandera (no se sabe si perdurable) de la españolización.
La urgencia en el ambiente es tal que ninguna de las grandes constructoras, salvo Ferrovial, quiere estar al margen. Y otra prueba son las especulaciones que cada vez suben más de tono sobre la entrada de Fomento de Construcciones y Contratas (FCC) como nuevo inversor en el terreno de la energía. La compañía ha venido negando oficialmente esta posibilidad cada vez que sonaba en las quinielas. Aunque también el presidente de Repsol, Antoni Brufau, negó la semana pasada la entrada de Sacyr Vallehermoso en la petrolera y se ha concretado el lunes, cinco días después de que desmintiera el rumor del mercado.
Las especulaciones sobre un movimiento de FCC para unirse a los nuevos dueños de la energía suben cada vez más de tono
En el caso de FCC, hay que recordar que hace unos meses se ofreció (se postuló, según otras interpretaciones) para apoyar a Gas Natural en un combate contra Eon, lo que ya da una señal oficial de su interés en el sector. Una eventual toma de participación en Endesa, la de mayor encaje estratégico, según algunos expertos, chocaría con un grave obstáculo: la compañía de Esther Koplowitz tendría que avenirse con su enemigo más acérrimo, su competidora Acciona. Es difícil pensar que pueda obviar el intento de los Entrecanales de entrar por la fuerza en el consejo para hacer valer el 15% de FCC que alcanzaron en 2004. Aunque la batalla en los tribunales la ganó esta última empresa en enero pasado.
La posibilidad de que se una a Iberdrola es menor, según algunos analistas. Aunque, como dato curioso, ejecutivos de la cúpula de FCC han tenido ocasión hace unos días de intercambiar impresiones sobre la convulsión del sector con el presidente de la eléctrica, Ignacio Sánchez Galán.
Repsol entra dentro de las estimaciones de los expertos como la de peor justificación estratégica. Ya al margen de un posible movimiento de FCC, esto puede llevar a que Sacyr y La Caixa busquen o bien el peso de una entidad financiera o bien un socio extranjero del campo de la energía.
A priori, aunque la constructora llegue al 15% en la petrolera, el frente común con la caja catalana rondará el 30%, mayoría insuficiente para parar una eventual opa hostil. Y también escasa si, como era el proyecto de La Caixa, el destino de Repsol es unirse a su participada Gas Natural para formar un conglomerado energético con una eléctrica. Brufau, ex presidente de la gasista, ya dijo recientemente que ésta tiene encaje en cualquiera de las dos combinaciones abiertas, Endesa o una posible fusión Iberdrola-Unión Fenosa (en la que ACS tiene el 35%). El mercado considera que Repsol no va a seguir su camino sola y, de hecho, lo cree conveniente por su debilidad accionarial.
Esta necesidad de más apoyo en el capital podría verse solventada con un aumento de la participación de La Caixa. Mientras, la llegada de un grupo extranjero amigo limita el círculo casi a otras petroleras, dado que la evolución del petróleo, en general, y el problema con el Gobierno boliviano por las reservas y la participación del Ejecutivo argentino en la importante pata YPF, en particular, rebajan el atractivo de Repsol para otros grupos energéticos. Esto también explica el escepticismo de ayer de algunos analistas tras conocer el desembarco de Sacyr. El riesgo de caída de la acción de la empresa en la que ya es segundo accionista, aunque cubierto con garantías que le ha pedido el Santander (financia la operación), es un factor que puede encarecer la operación.
En el otro lado, sus competidoras ACS y Acciona refuerzan los contactos con los accionistas de Iberdrola y Endesa, respectivamente, para aclarar el escenario. La primera de ellas está a la espera de un cambio normativo del sector para allanar el camino a una fusión con Fenosa que llevará su tiempo. La constructora de los Entrecanales, por su parte, acrecienta su acercamiento a Caja Madrid, segundo accionista en Endesa, para recabar su apoyo dado que Eon le ha cerrado la puerta en las narices al demandarla ante los tribunales de Estados Unidos por obstaculizar su opa. En el escenario siguen faltando piezas.