Panishop abre una fábrica para hacer pastelería sin gluten y azúcar
Panishop, perteneciente al grupo aragonés Rebola, ha destinado 2,5 millones a la construcción de una nueva fábrica en Alagón (Zaragoza) que se especializará en alimentos sin gluten y azúcar.
Miguel Moreno, director general de la compañía zaragozana, subraya que 'el segmento de colectivos con necesidades alimentarias especiales, como celiacos y diabéticos, no es muy voluminoso, pero ofrece expectativas de crecimiento, a través de la investigación y la especialización'.
La empresa, que cuenta con una dilatada experiencia en ambos campos, ha decidido aprovechar la oportunidad para afianzar su cuota en el mercado nacional y potenciar sus ventas en Europa. La inversión de 2,5 millones de euros en su nueva fábrica de Alagón (Zaragoza) y la compra de la firma madrileña Pasticely, tradicionalmente especializada en el suministro a celiacos y diabéticos, contribuirán a lograr este objetivo.
'Hemos logrado combinar un crecimiento constante con la especialización. En nuestras tiendas todavía huele sólo a pan y el cliente agradece este detalle. Ello nos obliga a una calidad que marque la diferencia y también a atender a unos colectivos que precisan de una alimentación especial', subraya.
Panishop tiene su origen en la panadería abierta en 1902 por el empresario Antonio Rébola, cuyos descendientes continúan con la propiedad de este negocio familiar. El modesto local inicial se ha trasformado en un grupo que factura actualmente 18 millones y que engloba divisiones especializadas en hostelería, formación, fabricación de pan y masas y de productos naturales para personas con exigencias alimentarias especiales, además de una franquiciadora.
Del pequeño obrador a la boutique del pan
'Hemos cubierto el largo camino que va desde el pequeño obrador a la boutique del pan', señala Mario Moreno, director general de Panishop. La empresa fue pionera en incorporar, ya a finales de los ochenta, nuevas especialidades que enriquecían la oferta. Sin embargo, la gran renovación se produce en la década de los noventa, cuando desarrolló un plan de diversificación que impulsa su crecimiento a través de la franquicia y la entrada en nuevas actividades. La renovación de los sistemas productivos la ha permitido adaptarse a los nuevos hábitos del consumidor, que exige comprar pan recién hecho a cualquier hora y día del año.