Cuatro Klimt en una subasta excepcional
Salen a la venta obras del austriaco en una de las mejores subastas recientes de arte moderno e impresionista.
Los coleccionistas e interesados en arte tienen una cita el 8 de noviembre en Nueva York. Para ese día está prevista 'una de las subastas más excepcionales en los últimos años de arte impresionista y moderno'. Será en Christie's, y la calificación de excepcional es de Pilar Ordovas, encargada de arte contemporáneo y posguerra de esta casa de subastas en Londres.
Entre los cuadros a subastar figuran cuatro de Gustav Klimt, el autor más caro de la historia desde que en junio el magnate de los cosméticos Ronald Lauder pagó 108 millones de euros por un retrato de Adele Bloch-Bauer. Conocido como Golden Adele, este cuadro está en la Neue Galerie de Nueva York.
Además de la firma del austriaco, a la venta habrá obras de Picasso, Kirchner y Paul Gauguin, entre otros. Son piezas de colecciones como las de Andrew Lloyd Webber, Paul Mellon y Otto Preminger.
'Son cuadros excepcionales y además es excepcional que esta calidad salga al mercado. Piezas impresionistas de esta calidad, la mejor, ya raramente salen a la venta porque la mayoría está en colecciones públicas que no se suelen mover', explica Ordovas. 'La subasta impresionista será la mayor por cantidad, calidad y valor que tengamos desde hace tiempo', agrega.
El valor estimado de las obras ronda los 263 millones de euros, y una de las estrellas es otro de los retratos de Adele Bloch-Bauer de Klimt valorado entre 32 y 48 millones. A otros tres paisajes del austriaco a la venta se les calcula un valor conjunto entre 42 y 64 millones de euros.
Los cuatro cuadros pertenecen a María Altmann, sobrina del matrimonio de Adele y Ferdinand Bloch-Bauer. Altmann recuperó a principios de año estas obras, que fueron expoliadas por los nazis. Se rumorea que Lauder pujará por alguna de ellas.
La subasta de Christie's llega cuando el mercado del arte está en un gran momento que no solo ha beneficiado al ya preciado periodo impresionista. El arte está en ebullición, 'sobre todo en lo que se refiere al periodo de posguerra y contemporáneo, artistas desde el 1945 hasta ahora', dice Ordovas.
Según ella, este buen momento se debe a varios factores. 'El primero es que los coleccionistas más tradicionales de pintura impresionista y moderna se han ido moviendo poco a poco al campo del clásico contemporáneo y del contemporáneo, lo que ha revalorizado esas obras'. Ordovas explica que los coleccionistas se han dado cuenta de que pueden conseguir piezas de muy alta calidad en el periodo clásico contemporáneo y contemporáneo por una fracción de lo que invertían en el mercado impresionista, donde la oferta ya es muy limitada.
La confirmación de sus palabras ha llegado esta semana a través de una transacción privada en EE UU. El empresario David Geffen ha vendido un lienzo de Jasper Jones, False Start, por 64 millones de euros a Kenneth Griffin y otro de Willem de Kooning, Police Gazette, por 51 millones a Stephen Cohen. Los dos compradores son gestores de hedge funds.
'El otro facto es que generalmente el público se siente más identificado con el momento en el que vive y prefiere tener arte de su generación', añade Ordovas. Además, se cuenta con el buen momento económico 'y el surgimiento de mercados como China, Rusia y Emiratos Árabes, que están pujando con mucha fuerza'.
Eso se traduce en que la subasta de Christie's en Londres donde hace dos o tres años se recogían unos 12 millones de euros ahora esté por encima de los 44 millones. En Nueva York se ha pasado de subastas con una media de 40 millones de euros a cantidades entre 80 y 120 millones.
El mercado del arte va bien en la medida en que la economía marcha a buen ritmo pero no siempre que hay una desaceleración ésta se traslada al coleccionismo. 'Hay veces que cuando la Bolsa no ha ido bien, muchos inversores han buscado en el arte la estabilidad que no había en los mercados. Quizá no es tan cíclico', cree Ordovas, porque cuando la economía no está boyante, las grandes obras siempre se sostienen.