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Inflación

El IPC cae hasta el 2,9%, la tasa más baja desde abril de 2004

La caída del precio del crudo en septiembre llevó la inflación interanual al 2,9%, su mínimo en 30 meses. El diferencial frente a la zona euro puede recortarse cuatro décimas, hasta 1,1 puntos, a juzgar por los datos preliminares de Eurostat. No obstante, la inflación subyacente aún está instalada en el 2,9%.

El respiro que se ha tomado el crudo sirvió en septiembre para embridar la desbocada inflación. El índice de precios de consumo se redujo dos décimas respecto a agosto, lo que recorta la tasa interanual en ocho décimas, hasta el 2,9%. Se trata de la inflación más baja desde abril de 2004 o, lo que es lo mismo, exactamente desde la toma de posesión del Gobierno.

Desde entonces, el buen comportamiento de la actividad y el superávit presupuestario se han visto empañados por dos graves desequilibrios: el crecimiento de los precios y el déficit por cuenta corriente. Ambos denotan, a su vez, la escasa competitividad de la economía española y se han visto agravados por la galopante subida del precio del crudo desde 2003.

Después de tocar techo a principios de agosto, rozando los 79 dólares, el barril de crudo Brent ha pasado a costar sólo 59. Una caída del 25%, que se ha dejado sentir en los precios de la energía y los transportes. El desglose del IPC de septiembre por grupos especiales es más que concluyente: el precio de los carburantes cae un 5% respecto al mes anterior, e incluso retrocede dos décimas sobre septiembre de 2005. De forma similar, la rúbrica del transporte cae un 2,3% en el mes y sólo crece dos décimas en el último año.

La inflación de los servicios roza el 4%, lo que denota falta de competencia

Sin embargo, y al margen del fuerte impacto del abaratamiento del petróleo, la inflación subyacente mejoró en septiembre apenas una décima. El valor interanual de esta medida, que excluye los precios de la energía y los alimentos frescos, quedó en el 2,9%, su valor medio en el último año. El aceite y el tabaco son los principales responsables de la mejora, con caída mensual del 1,2%, el primero, y estabilización, el segundo. Por eso, más allá de la buena noticia que supone la contención de la energía, la persistencia de una inflación subyacente cercana al 3% mantiene un desequilibrio fundamental de la economía. La tasa de inflación de los servicios, donde la competencia es más limitada que en la industria, alcanza el 3,9%, dos décimas por encima de la de hace doce meses.

El diferencial de inflación respecto a la zona euro -un medidor de la competitividad de los productos españoles en sus principales mercados internacionales- se redujo notablemente respecto a agosto: a falta de la confirmación de Eurostat, podría quedar en 1,1 puntos. Una cifra que coincide prácticamente con la media de desviación desde la entrada en vigor de la Unión Económica y Monetaria, hace siete años.

Con estos movimientos, la inflación acumulada en los nueve primeros meses del año se sitúa en el 1,7%, ocho décimas menos que en el mismo periodo de 2005. Un año que se cerró con una preocupante subida de precios del 3,7%. El secretario de Estado de Economía, David Vegara, afirmó ayer que la inflación puede mantenerse hasta finales de año muy cerca del 2,9% actual, siempre y cuando el precio del petróleo continúe en torno a los 60 dólares por barril.

Una opinión compartida por el Servicio de Estudios del Consejo Superior de Cámaras, para el que esta trayectoria podría prolongarse durante el mes de octubre, con un ligero repunte a final de año que situaría el IPC en una tasa cercana al 3%.

Vegara auguró además un crecimiento del PIB el año que viene del 3,2% favorecido por el reequilibrio entre la demanda interna y externa, así como por un buen comportamiento de los niveles de creación de empleo y una mejora de la productividad.

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