Fórmulas baratas contra el cambio climático
Científicos internacionales que investigan las repercusiones del calentamiento global del planeta sobre los ecosistemas del océano Ártico y del Antártico expusieron ayer sus teorías y propuestas en un foro de debate organizado por la Fundación BBVA, en colaboración con la Estación de Investigación Costera del Faro de Cap Salines.
Entre las propuestas más llamativas, resaltó la del científico indio Victor Smetacek, quien propuso fertilizar el océano antártico con hierro para recuperar la población de ballenas y el ecosistema antártico original. Con ello, el mar sería capaz de absorber mil millones de CO2 (dióxido de carbono) por año, casi un 20% de la producción anual de gases de efecto invernadero que genera la actividad industrial, potenciando el cambio climático.
'El declive del ecosistema polar se debe a la matanza indiscriminada de ballenas azules ocurrida en el último siglo, pues ellas cumplían un papel fundamental para reciclar hierro, un elemento clave para la producción biológica en el Antártico', explicó el científico del Instituto Alfred Wegener de Investigación Polar de Alemania en una rueda de prensa realizada durante la mañana.
Carlos Duarte, colaborador científico de la Fundación BBVA e investigador del Imedea (Instituto Mediterráneo de Estudios Avanzados), aclaró que la población de ballenas azules en la Antártida pasó de 300.000 a unas 700 en el siglo XX.
La teoría de Smetacek, pionero en la investigación experimental de la Antártida, se basa en los resultados de sus pruebas de fertilización realizadas en pocos kilómetros cuadrados de aguas saladas. Por eso, ahora propone hacer el mismo experimento, sembrando con sulfato de hierro un área más grande de la Antártida y por un tiempo más prolongado. En su opinión, es una fórmula 'muy barata' de recuperar la población de la megafauna, responsable de conservar el hierro en el ciclo de vida de los polos, y las manadas de ballenas azules, que recuperarían cifras de épocas anteriores a las matanzas de principios del siglo pasado.
La teoría de Smetacek se complementa con otro hecho: la drástica disminución de la cantidad de krill (pequeños crustáceos que sirven de alimento) en esa zona se debe, además, a la acción del calentamiento global. Los científicos también hablaron sobre la detección de cambios en la cadena alimentaria polar, tanto ártica como antártica, con especies boreales que están colonizando los ecosistemas polares a partir de la disminución de la cantidad de hielo provocado por el calentamiento global. Jaume Forcada, del British Antartic Survey, explicó cómo las perturbaciones climáticas globales tienen consecuencias regionales modificando los ecosistemas marinos.
A su turno, Susana Agustí, investigadora del IMEDEA, se refirió al agujero de la capa de ozono y su impacto sobre los océanos polares. Al respecto, sostuvo que el deterioro de esta capa 'se ha estabilizado, pero no hemos recuperado todavía los niveles de los años 60 y 70'. Agustí agregó que la predicción es que esos niveles 'no se recuperarán hasta 2050'. Pero además dijo que como la composición y la temperatura de la atmósfera están cambiando 'no sabemos si estas predicciones se cumplirán'.
El debate organizado por la Fundación BBVA se enmarca en los preparativos del Año Polar Internacional, que comienza en noviembre.
Cada vez hay menos hielo en el Ártico
Uno de los temas expuestos por los científicos reunidos ayer en Madrid fue la disminución de las grandes masas de hielo consecuencia del calentamiento del planeta. Carlos Duarte, investigador del Imedea, señaló que el Ártico ha perdido su hielo 18 veces más rápido en las últimas décadas y que en 2006 alcanzó la menor extensión de hielo tanto en verano como en invierno. A su vez, el desprendimiento de glaciares en Groenlandia se ha duplicado en los últimos 5 años.Esta pérdida en la extensión de hielo polar se está acelerando, y los expertos predicen un incremento de la tasa de calentamiento para la zona del Ártico de 3 grados por década para finales de siglo. Los datos publicados este año revelan, además, que la placa de hielo antártico está perdiendo 152 kilómetros cúbicos de hielo por año, lo que equivale a un aumento global del nivel del océano de aproximadamente 0.4 milímetros. En los últimos 50 años, la Península Antártica ha sufrido un calentamiento de 2 grados.