Pugna en el Sovereign para forzar el relevo del presidente
El consejo del Sovereign se reunió ayer para aprobar el relevo de su presidente, Jay Sidhu, el principal valedor del Santander en su entrada en el capital del banco estadounidense. El Sovereign, donde el Santander controla un 24,9%, tenía previsto nombrar como sustituto provisional a Joseph Campanelli, ahora vicepresidente.
Jay Sidhu, que se podrá embolsar 13 millones de dólares si es despedido, tendrá que renunciar también al puesto que ocupa en el consejo del Santander si como estaba previsto es depuesto de la presidencia del banco. Ayer, a cierre de esta edición no había acabado la reunión que comenzó a las 17:00 hora española y que fue convocada la semana pasada por siete de los 12 consejeros.
Este grupo aduce que la cotización de Sovereign se ha mantenido por detrás de sus homólogos. La semana pasada, cuando se supo que se preparaba el relevo de este ejecutivo, de 55 años, las acciones de la entidad registraron fuertes subidas.
Wilson Smith, analista de Boenning & Scattergood, afirmaba ayer a este periódico que Sidhu 'se ha concentrado en los últimos años en ampliar la franquicia del Sovereign, pero no a crear valor a partir de ésta'. Este analista dice que Campanelli, a quien The Wall Street Journal daba ayer como favorito para sustituirle, es un ejecutivo con una larga experiencia que 'ha creado mucho valor para el Sovereign en esta zona que era muy difícil para la empresa'. Campanelli es en estos momentos vicepresidente y responsable de la división de Nueva Inglaterra.
Al frente del consejo se situará Michael Ehlerman, un miembro de este órgano de Gobierno.
Acaba así un largo capítulo de la turbulenta historia del Sovereign Bank que empezó a escribirse en mayo de 2005. Entonces, el fondo de San Diego, Relational Investors (con el 7% del capital de la entidad), empezó a criticar a Sidhu por el consejo tan cercano, y tan bien remunerado que tenía, y por el escaso rendimiento de la acción. En octubre de ese año, Sidhu cerró con Emilio Botín un acuerdo para que el banco español entrara en su capital, con el límite del 24,9% que tiene ahora, hasta 2008.
Este pacto, que contempla la venta total del Sovereign a partir de ese año, se completaba con la compra de una pequeña entidad de Brooklyn, Independence Community Bank. Con ella, el Sovereign abría nuevos mercados, algo que Sidhu ha hecho en los 16 años que lleva al frente de la entidad.
Relational, que quería dos puestos en el consejo, intensificó su campaña porque los accionistas no tuvieron derecho a votar el acuerdo.
Ralph Whitworth, presidente de Relational, consiguió en marzo su puesto en el consejo y aseguró otro más (William Moran), que ayer se estrenó. Aunque no se confirma quién ha llevado adelante esta rebelión del consejo, todo apunta a que el propio Whitworth haya sido el artífice de ella.
El Santander tiene tres consejeros y un escenario distinto al que tenía cuando se planteó su estrategia en EE UU de la mano de Sovereign. El presidente del banco español, Emilio Botín, siempre dijo que ésta era una inversión financiera porque el Santander quería primero comprobar cómo es este mercado, en el que tan pocos bancos europeos se han aventurado, antes de decidirse o no por su adquisición. Sidhu dijo hace unas semanas que si el Santander no compraba el Sovereign, esta entidad estaba abierta a caer en manos de otro banco.
La entidad española puede mantener el plan actual y comprar en 2008, retirarse o pedir al consejo que le permita comprar antes. A unos 24 dólares por acción, el banco de Filadelfia está valorado en unos 11.000 millones de dólares en Bolsa.
Aguas turbulentas para navegar en Estados Unidos
Ralp Whitworth sabe atraer la atención de su público. Cuando se anunció el pacto entre el Sovereign y el Santander, el responsable del fondo Relational consiguió aglutinar a un buen número de accionistas en torno a su causa. æpermil;sta pasaba por forzar cambios en el consejo, la entrada de Relational en este órgano de gobierno y la puesta en consideración por parte de los accionistas del pacto con el Santander. Tuvo un éxito parcial: consiguió entrar en el consejo y cambiar, en buena medida, algunas de las normas de gobierno corporativo.Dentro del consejo, que ya tiene 13 miembros, se sienta con Emilio Botín, Juan Rodríguez Inciarte y desde ayer Gonzalo de las Heras, también del Santander. Todo apunta a que este combativo accionista haya sido el que ha revuelto aún más las aguas en las que se mueve el banco español con esta revuelta protagonizada por siete miembros de un consejo que hasta ahora siempre ha sido defendido públicamente por Sidhu. Santander ha dicho que se uniría a la mayoría.Wilson Smith, analista de Boenning & Scattergood, cree que Whitworth ha tenido influencia en esta revuelta, pero no total. 'Si hubiera sido así, él mismo se habría postulado como consejero delegado y habría traído a uno de sus colaboradores para presidir el consejo'. Este experto asegura que todo esto no tiene por qué perjudicar al Santander. 'Tienen que trabajar juntos. Santander, siendo el banco que es y con la experiencia que tiene en banca de consumo, puede traer mucha experiencia a Sovereign, especialmente para abrirse al mercado hispano'.Smith, que es accionista del banco de Filadelfia, asegura que no hay que confundir al Santander con la forma en la que entró en el Sovereign y que fue muy criticada en EE UU, aunque las autoridades la aprobaron.