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Comparecencia

Fernández Ordóñez quita dramatismo a la deuda de las familias

El gobernador del Banco de España, Miguel Ángel Fernández Ordóñez, estrenó ayer su cargo en el Congreso con un discreto llamamiento al Gobierno para que trabaje en favor de un superávit superior al programado para 2007 y también con un tirón de orejas a las comunidades autónomas para que consigan una mayor eficiencia en la gestión del gasto público. El año que viene, anticipó, habrá una suave desaceleración económica.

Fernández Ordóñez no tenía fácil su primera comparecencia ante el Congreso como gobernador del Banco de España ya que hasta hace sólo unos meses acudía a rendir cuentas a la Comisión de Economía defendiendo los colores del Gobierno en su calidad de secretario de Estado de Hacienda y Presupuestos. Esta dificultad fue tenida muy en cuenta por el portavoz de Economía del PP, Miguel Arias Cañete, quien tendió al gobernador algunas trampas de manual al pedirle su opinión sobre el cuadro macroeconómico elaborado por el Ejecutivo para el año que viene ante la fragilidad de algunas de sus previsiones. Fernández Ordóñez no cayó en ninguna de ellas, arropado por el portavoz de Presupuestos del Grupo Socialista, Pedro Saura, quien sí defendió sin ataduras la política económica del vicepresidente Pedro Solbes y también sus variables para el año que viene.

Ordóñez dedicó parte de su intervención a defender el margen de maniobra del que, en su opinión, dispone el Gobierno para conseguir 'un superávit superior al programado' para 2007, pues 'estaría más en consonancia con el papel que le corresponde a la política fiscal en la actual coyuntura de la economía'. 'Es ésta', insistió, 'una orientación que no debe relajarse', pues los buenos resultados de la economía en los últimos años 'son un claro exponente de lo fructíferas que pueden llegar a ser las estrategias de estabilidad presupuestaria' y su compatibilidad 'con el mantenimiento de fases prolongadas de crecimiento'.

El vicepresidente Solbes ha elaborado los Presupuestos de 2007 sobre una previsión de superávit del 0,7% del PIB para el conjunto de las Administraciones que se elevaría en una décima para los dos ejercicios siguientes. En este mismo contexto, el gobernador emplazó a las comunidades a aumentar la eficiencia en la gestión del gasto público, pues son responsables del 35% del gasto total. Según las previsiones del Gobierno, las comunidades tendrán en 2007 una décima de déficit.

Inquietud por el diferencial de inflación

El diferencial de inflación con la UE, ahora en una media de 1,2 puntos desfavorable para España, preocupa también a Fernández Ordóñez, pues es uno de los factores que repercute en la pérdida de competitividad y 'puede llegar a frenar la mejora del sector exterior' rompiendo la tendencia de seis trimestres consecutivos. No obstante, aunque el gobernador eludió pronunciarse sobre la previsión de inflación del 2% fijada por el Gobierno para el año que viene, consideró que los precios se desacelerarán en los próximos meses y que los empresarios 'deberían tenerlo en cuenta' a la hora de negociar las alzas salariales.

El año 2006 acabará con un mejor crecimiento económico, de 'alguna décima', sobre 2005, anticipó el gobernador. En 2007 habrá una 'suave desaceleración', pero también continuará la corrección gradual de los desequilibrios, salvo que el diferencial de inflación y el endeudamiento familiar aumenten. Ordóñez relativizó la importancia de la deuda de las familias y las empresas dado el saneamiento de su patrimonio, pese a la mayor vulnerabilidad de los hogares con menor nivel de renta ante el alza previsible de los tipos de interés (ya están en el 3,25%). Así destacó que 'el 60% de las familias españolas no están endeudadas'.

Margen para una reforma laboral más ambiciosa

Es necesario seguir profundizando en la reforma laboral, defendió ayer Fernández Ordóñez en el Congreso, 'porque futuros ajustes no se pueden hacer por la vía del empleo'. El gobernador consideró importante también el mantenimiento de la 'paz social', dando a entender que apuesta por seguir la senda del acuerdo con sindicatos y empresarios. En este discurso, según reconoció él mismo, no se apartó de la doctrina de su antecesor en el cargo, Jaime Caruana.El portavoz del PP en la comisión de Economía, Miguel Arias Cañete, reprochó al Gobierno la ausencia de reformas estructurales, la pobre ganancia de productividad y la pérdida de competitividad. En su opinión, 'el Gobierno vive de las rentas'. El portavoz socialista, Pedro Saura, le recordó la bonanza de los indicadores y concluyó que el Partido Popular se ha quedado 'sin discurso económico' y sin política alternativa a la del Gobierno.

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