Tradición y vanguardia en la gran ciudad del vino
Quienes han soñado disfrutar de un entorno que, dominado por el vino, combine tradición y vanguardia, tienen desde ahora su particular paraíso. El arquitecto canadiense Frank O. Gehry, diseñador del Guggenheim Bilbao explicó ayer las características de la Ciudad del Vino, el complejo construido por la bodega Marqués de Riscal en Elciego (Álava) y que hoy será inaugurado por el rey Juan Carlos.
Llevar a buen puerto este sueño ha costado 70 millones de euros. El complejo está integrado por la antigua bodega de Marqués de Riscal, abierta en 1858, y un espectacular edificio, obra de Gehry, que acoge un hotel de lujo, un spa de vinoterapia, un exclusivo restaurante y un centro de reuniones, conferencias y banquetes. La bodega, la más antigua de la Denominación de Origen Rioja, ha sido objeto de una cuidadosa restauración, que reproduce, en todo su esplendor, la arquitectura del XIX. Pero, a la vez, se han incorporado los recursos tecnológicos más avanzados ya que, como subraya Alejandro Aznar, presidente de la bodega, 'nuestra intención era combinar tradición y vanguardia'.
Con la ejecución de este ambicioso proyecto, Marqués de Riscal aspira a consolidar su marca de tradición, innovación y calidad en todo el mundo. En términos económicos, confía en elevar hasta el 80% sus exportaciones, frente al 50-60% de sus últimas campañas. Fiel a su historia, la centenaria bodega quiere contribuir también a impulsar la marca Rioja en un mundo globalizado.
El restaurante está asesorado por Francis Paniego, una estrella Michelin
El edificio de Gehry se levanta majestuoso y lleno de vida sobre un tapiz de viñedos. 'Algo así como la melena de un animal poderoso', señalaba, gráficamente, el arquitecto. Esta sensación es trasladada por grandes láminas de titanio, mantenidas a ultranza, a pesar de su elevado coste. La estructura está basada en los colores de Marqués de Riscal: rosa (vino tinto), oro (malla que cubre la botella) y plata (su cápsula).
'El edificio está pensado para formar parte del paisaje y la gente se irá acostumbrando a esta imagen', asegura Gehry. Como el dinamismo que alienta en las placas de titanio, marca personal del maestro canadiense, el propio proyecto ha ido creciendo a medida que se ejecutaba. Los ocho años que han llevado las obras han hecho más grande la idea inicial de construir el château del siglo XXI. El complejo que hoy se inaugura oficialmente supera ampliamente ese objetivo.
La gestión del hotel ha sido encomendada al grupo Starwood Hotels & Resorts Worldwide, de acreditada experiencia internacional. El presidente ejecutivo de la compañía, Steven J. Heyer, subrayó ayer que 'supone una de las iniciativas más singulares dentro de la apuesta por el turismo del área mediterránea. Desde el primer día, el hotel está completo. La firma gestiona más de 850 hoteles en 95 países, con 145.000 empleados. En este lujoso establecimiento, el visitante podrá disfrutar de todos los servicios de un hotel de lujo combinado con vistas a grandes extensiones de viñedo y al pueblo de Elciego, de fisonomía medieval.
La vanguardia más atrevida parece encontrarse a gusto en un enclave lleno de encanto y tranquilidad, en cuyas entrañas reposan miles de botellas de vinos centenarios. Por su parte, el spa gestionado por la compañía francesa Caudalíe, es el primero de sus características que se inaugura en España, uniéndose a los abiertos por esta empresa en Francia, Italia, Estados Unidos y Taiwán. A ello se añade el restaurante exclusivo, que cuenta con el asesoramiento de Francis Paniego, primer chef riojano galardonado con una estrella Michelin. El diseño de la Ciudad del Vino no se ha olvidado de quienes buscan desconectar de los agobios del trabajo cotidiano. Pensando en ellos se ha diseñado todo un mundo de sensaciones y sabores, muy difíciles de hallar en otros entornos: biblioteca enológica, bar de vino, relax de vinoterapia.
Sin contar con las espectaculares vistas que pueden disfrutarse desde el lounge VIP, un mirador que enlaza lo mejor de dos regiones: hacia un lado La Rioja y, hacia el otro, el País Vasco.