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Política monetaria y actividad

Trichet lleva los tipos al 3,25% y apunta otra subida para diciembre

El BCE vigilará de cerca la evolución de los precios

El mercado tiene en mente futuros movimientos. Yo no diría nada para corregir ese sentimiento'. Con estos términos se refirió ayer el presidente del Banco Central Europeo, Jean-Claude Trichet, al devenir de su política monetaria. Poco antes, la entidad radicada en Fráncfort había anunciado que los tipos de interés de referencia en la zona euro subían un cuarto de punto, hasta el 3,25%.

Los mercados y la mayoría de los analistas daban por descontada la subida de tipos, así que el interés se centraba en la rueda de prensa de Trichet. Si algo ha caracteriza, hasta ahora, su mandato, es la claridad de sus mensajes. Ayer no fue una excepción: insistió en que la política monetaria 'sigue siendo acomodaticia', y añadió que, si el escenario base que maneja el BCE se cumple, 'seguirá garantizada la continuación del proceso de retirada de la acomodación monetaria'. En otras palabras: seguirán subiendo los tipos.

La duda se centra, pues, en el siguiente movimiento. Desde que se iniciaran en diciembre pasado, todas las subidas de tipos han sido de un cuarto de punto, y es improbable un alza más brusca. En cuanto al ritmo, a principios de año las subidas se producían trimestralmente, pero la conferencia de agosto inauguró otra cadencia, que ahora es de dos meses. Si continúa, veremos los tipos de interés en el 3,5% a primeros de diciembre.

Trichet tiene buenos argumentos para mantener su política: el inicio de la escalada de tipos, hace diez meses, ha coincidido con la recuperación económica de la zona euro, constatada ayer por el propio BCE: su previsión de crecimiento para 2006 se elevó hasta el 2,5% (igual que la de la Comisión Europea), y para 2007 espera un 2,1%.

Tregua de la inflación

La posibilidad errónea de que Trichet señalase ayer una inminente interrupción del endurecimiento de la política monetaria se sostenía en parte por el respiro del precio del petróleo: el barril de Brent es hoy un 20% más barato que cuando rompió su techo, hace dos meses. El recorte se ha dejado sentir en la inflación, que, según el avance de Eurostat (la oficina estadística comunitaria), ha caído del 2,3% de agosto al 1,8% en septiembre.

Una cifra que cumple el objetivo de 'estabilidad de precios' marcado por el BCE: inflación en el límite inferior del 2%. Sin embargo, Trichet secundó ayer la opinión de muchos analistas, para los que la relajación de los precios no es más que una tregua: 'Esperamos una fuerte volatilidad a corto plazo en la inflación. La tasa general se mantendrá elevada, por encima del 2% de media en 2006, y probablemente suceda lo mismo en 2007'.

Sin riesgos para España

Más allá de su impacto para los bolsillos de los titulares de hipotecas, la escalada de tipos no debería perjudicar a España. El secretario de Estado de Economía, David Vegara, aseguró el miércoles que no hay ningún nivel de tipos de interés 'en los escenarios probables' que pueda frenar el crecimiento de la actividad, que supera el 3,7% interanual.

Una opinión similar a la del servicio de estudios del Consejo Superior de Cámaras, para el que las subidas no han perjudicado a la economía: 'El avance de la producción superará este año al del pasado y el modelo de crecimiento es más equilibrado', explican. Las Cámaras esperan que los tipos lleguen al 3,5%, lo que 'correspondería a la situación actual de la economía europea'. Sin embargo, advierten de que ulteriores alzas podrían truncar la expansión de la zona euro, con el consiguiente impacto para España (sobre todo, vía importaciones).

En todo caso, la vuelta a un precio del dinero más neutral puede tener varios efectos positivos para España: de un lado, ayudará a contener la inflación, que supera en más de un punto la media de la zona euro. De otro, contribuirá a contener el encarecimiento de la vivienda, otro de los grandes desequilibrios de la economía española.

El banco no excluye que las subidas continúen en 2007

El respiro que se ha tomado la inflación de la zona euro ha abierto la posibilidad de que la escalada de tipos de interés termine más pronto que tarde. Buena parte de los analistas, descontada la subida de ayer, apuntaban a una única subida más a final de año, para dejar los tipos durante una buena temporada en el 3,5%. Máxime, cuando las previsiones de la Comisión Europea, que dibujan un crecimiento del PIB de la zona euro cercana al 2,5% este año (su máximo valor desde que estallara la burbuja tecnológica, en 2000), son menos favorables para 2007. El propio BCE estima que la actividad sólo crecerá un 2,1% ese año, y un ulterior endurecimiento de la política monetaria incluso dificultaría ese registro. Trichet declinó ayer avanzar en qué nivel estarán los tipos el año que viene -su lema es que 'no hay una política predeterminada'- pero destacó que la inflación superará de nuevo el 2%. Un aviso de que, de momento, las subidas tienen recorrido.

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