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CincoSentidos

Una aventura de 'alto riesgo' para los adolescentes

¿Qué ocurre en cuarto de la ESO, que el gusto por la tecnología y la ciencia disminuye tanto entre los estudiantes? Con esta pregunta arranca el informe Percepción Social de la Ciencia en el Alumnado de Secundaria, un trabajo de investigación elaborado por el equipo de la doctora Eulalia Pérez Sedeño (del Instituto de Filosofía del CSIC) para la comunidad de Madrid.

Eulalia Pérez Sedeño recuerda la respuesta mayoritaria de los chicos cuando se les preguntó qué tipo de actividades realizaban con más frecuencia en las clases de ciencia y tecnología: tomar apuntes y resolver problemas. 'Los estudiantes desearían desarrollar actividades en plena naturaleza, explorar las posibilidades del laboratorio, acudir a museos, investigar... Pero esto sólo ocurre en contadas ocasiones. La manera en que se imparten estas asignaturas desincentiva las vocaciones y los chavales terminan percibiendo que la ciencia es una meta inalcanzable, que requiere demasiado esfuerzo para la satisfacciones que luego ofrece. O hacemos algo o perderemos otra generación de científicos', advierte la doctora del CSIC.

Este equipo de investigación del Instituto de Filosofía circunscriben el trabajo de campo a la región madrileña y a los colegios públicos, 'porque estudios anteriores no revelaban diferencias de opinión importantes entre los alumnos de la pública y la privada'. En cuanto a los resultados, afirman con rotundidad que son extrapolables al resto de los territorios.

Los políticos deberían tomar buena nota de las conclusiones: los chavales de secundaria ni desean dedicarse a la ciencia ni creen que en caso de desearlo podrían hacer carrera profesional en este ámbito. Y eso que tienen a los científicos por profesionales muy inteligentes y con dinero. 'Las perspectivas de trabajo como científico son prácticamente nulas entre chicos y chicas, lo que no sucede con otras profesiones', se lee en el informe.

En general, la percepción de la capacidad para la tecnología (¿cómo se te da?) es más positiva en el caso de los varones que en el caso de las mujeres (casi el 70% de los chicos dice que se le da bien o muy bien, mientras que sólo el 55% de las chicas percibe lo mismo). Pero a medida que uno va escalando cursos, los estudiantes van sintiendo que ya no les resulta tan fácil enfrentarse a las asignaturas de ciencias, sobre todo las chicas.

Pérez Sedeño se pregunta: ¿Qué pasa en Segundo de Bachillerato que no sólo disminuye el gusto y la capacidad de las mujeres por la tecnología, sino que la distancia entre cómo se te da y te resulta difícil aumenta? Resulta curioso, pero un buen número de alumnas que afirman que 'no les resulta difícil' no afirman sin embargo que 'se les da bien'. De hecho, en los últimos cursos, el número de mujeres que dice que les gusta poco o nada la tecnología supera el 60%, mientras que el caso de los chicos este porcentaje es tan sólo del 34%. La doctora del CSIC atribuye estos resultados a razones culturales. 'Hay chicas que aún se sienten poco preparadas para afrontar este tipo de retos, los chicos, sin embargo, piensan que pueden con todo', asegura.

En cualquier caso, los sueños profesionales de unos y otros -medicina, psicología, magisterio, enfermería o fisioterapia, ellas; ingeniería, informática o deportes, ellos- no les impide tener una opinión sobresaliente de la labor científica. Más del 80% opina que la ciencia y la tecnología ayudan a curar enfermedades y hacen que la vida sea más fácil y más cómoda.

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