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CincoSentidos

Sobornos a manos llenas en el negocio exterior

Las empresas exportadoras gastan 315.000 millones de euros al año en 'mordidas'

El soborno es una práctica habitual entre las empresas exportadoras y mueve al año 400.000 millones de dólares (315.000 millones de euros) en todo el mundo. Nadie se salva de la quema, ni países ricos ni, por supuesto, países pobres, donde el círculo vicioso de la corrupción resulta mucho más difícil de romper. La agencia Transparencia Internacional, organización no gubernamental centrada en la denuncia de la corrupción, ha elaborado un índice que recoge una práctica vox populi, la del pago de comisiones por conseguir negocios en el extranjero, al que ha denominado Índice de Fuentes de Soborno, presentado ayer en rueda de prensa.

El índice se basa en una encuesta realizada entre más de 11.000 ejecutivos de empresas exportadoras de 125 países y que examina las prácticas de los 30 principales países exportadores del mundo, que aglutinan el 82% del comercio internacional. Y el resultado es inequívoco: el nivel de corrupción política y administrativa es paralelo al empresarial.

No hay países con una calificación sobresaliente y, en un baremo de 1 a 10, la mejor puntuación corresponde a Suiza, con un 7,81 pese a que, paradójicamente, los bancos helvéticos sean conocidos beneficiarios del dinero negro obtenido de las prácticas ilícitas de empresarios o políticos.

La exportación española ocupa un lugar intermedio en el ranking de corrupción

En la peor posición figuran India, con una puntuación de 4,62, China y Rusia, que consigue un aprobado justito. España queda en un lugar intermedio con una calificación de 6,63 puntos, en mejor posición que Francia o Italia pero por detrás de otros socios comunitarios como Alemania, Reino Unido o Bélgica. 'España ha mejorado sustancialmente y está muy cerca del notable', señala Antonio Garrigues Walker, miembro del Consejo de Dirección de Transparencia Internacional España.

La abolición de los beneficios fiscales que disfrutaban en su día las compañías que tenían que pagar peaje por sus negocios en el extranjero ha sido determinante en la lucha contra este tipo de corrupción entre los países desarrollados. La mayoría de los principales países exportadores han ratificado además las convenciones anticorrupción de la ONU y la OCDE y, en el caso de la Unión Europea, existe también una directiva a la que se han adaptado ya la mayoría de los países comunitarios.

Así, en España está tipificado como delito en el Código Penal el pago de sobornos a funcionarios extranjeros en transacciones comerciales. Seis empresas españolas están siendo investigadas en la actualidad por la Fiscalía Anticorrupción por presuntos pagos irregulares, aunque el principal problema es 'cómo detectar el soborno', según reconoce Manuel Villoria, catedrático de la Universidad Rey Juan Carlos y miembros del Consejo de Dirección de TI-España. 'La cuestión es quién corrompe a los países corruptos', añade en este sentido Antonio Garrigues.

India, China y Rusia trasladan a sus transacciones internacionales la corrupción habitual de puertas adentro, a pesar de los esfuerzos para su prevención. Son las principales economías emergentes pero aún figuran en el vagón de cola del desarrollo entre los países exportadores.

Pero también se da el caso de que países mejor posicionados en el Índice de Fuentes de Soborno emplean un doble rasero, según la nacionalidad de la empresa con la que traten. El informe de Transparencia Internacional destaca la mayor inclinación por el soborno de las compañías exportadoras de Italia y Francia en sus negocios con países africanos, frente a la percepción más positiva que de ellos se tiene entre el empresariado europeo. Incluso India, que obtiene la peor calificación en el cómputo general, ve recortada su nota entre los empresarios africanos encuestados de 4,6 a 3,9 puntos.

'Es una hipocresía que las empresas de países miembros de la OCDE continúen dispensando sobornos en todo el mundo, mientras que sus gobiernos sólo aplican la ley mediante la retórica y no los hechos. El cumplimiento de las leyes contra el soborno internacional es breve y desalentador', asegura David Nussbaum, director ejecutivo de Transparencia Internacional.

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