El próximo reto de Bernanke
Un informe de estrategia de Credit Suisse arranca con una pregunta de las que invitan a la reflexión: 'Si en marzo de 2000 un oráculo le hubiera informado de que Estados Unidos sufriría en 2001 una recesión, pero que esta sería la más corta de la posguerra, ¿qué decisión de inversión a tres años habría tomado a partir de esta información?'
A partir de los datos del oráculo no se podría colegir, como señala el banco, el colapso de los beneficios empresariales, el desplome de la Bolsa y que los bonos registrarían su mejor comportamiento relativo respecto a las acciones desde la crisis de 1929. Y fue precisamente la bajada de tipos -que llevó los bonos donde los llevó- lo que evitó la extensión del daño a la economía real.
'No será de gran ayuda saber que la actual desaceleración no degenere en recesión. La cuestión es dónde tendrán que ir los precios de los bonos -y dónde tendrán que llevar los tipos los banqueros centrales- para asegurar ese desenlace', señala el banco.
Ahora los activos más sobrevalorados no son las acciones, sino las materias primas y los inmuebles del mercado anglosajón -el informe no tiene en cuenta a España, para tranquilidad de los propietarios de viviendas-. Y sugiere el banco que los bonos caerán al menos 100 puntos básicos sobre el nivel actual... Siempre y cuando la corrección de la vivienda en EE UU no afecte al consumo de un sector privado tan endeudado, a grandes rasgos. como el sector empresarial hace seis años.
La Reserva Federal va a tener trabajo con el mercado inmobiliario. Como señala Credit Suisse, al igual que en un mercado disparado no hay tipo de interés que desincentive la compra, cuando las expectativas son de bajada de precio tampoco se recompone el mercado bajando los tipos. Así que, aunque el pinchazo inmobiliario sea difícilmente evitable, sí puede llevar a tipos de interés muy bajos para evitar el contagio al conjunto de la economía.