El Presupuesto 2007 y su distribución
Además de la importante función del Presupuesto como elemento de planificación económica, el hecho de manejar un extraordinario volumen de ingresos, que en 2007 se espera que ascienda a 279.600 millones de euros, y de emplearlos en los 270.200 millones de gastos que se prevén realizar, hace que sea un mecanismo esencial para la redistribución de la renta, según los colectivos de los que obtenga principalmente los recursos y sobre qué otros colectivos de población recaigan los beneficios que sean asignados de una manera directa, sin perjuicio de aquellos otros gastos que favorecen al conjunto de la sociedad.
Con la llegada de la democracia comenzó en España un camino, tan largo como inútilmente soñado, de dar un carácter progresivo a la imposición ligada a la riqueza y a la renta, cumpliendo el mandato constitucional sobre el reparto equitativo de cargas tributarias, históricamente soportadas en mayor grado por las clases humildes en un sistema impositivo con predominio de una imposición directa ligada principalmente al consumo.
Y este criterio continúa predominando, por más que la presión fiscal directa se aliviara desde mediados de la pasada década, con disminuciones de los tipos para las rentas más altas que habían de cotizar por el impuesto de la renta o el de sociedades, tendencia que mantiene el actual Presupuesto, que prevé la bajada del tipo máximo de IRPF desde el actual 45% al 43% y del de sociedades, que va a bajar desde el 35% hasta el 32,5%.
La lucha contra el fraude de quienes pueden ocultar su actividad venía siendo la gran tarea pendiente
A pesar de ello, el aumento de población ocupada y de los beneficios empresariales que se esperan para 2007 no implicará que baje la recaudación por ambos impuestos y, por añadidura, se confía en que la inspección tributaria pueda conseguir que los ingresos previstos superen con mucho los presupuestados, como parece que va a ocurrir en 2006, donde los ingresos por actuaciones de control de la Agencia Tributaria han crecido en el primer semestre un 18%, hasta alcanzar los 2.546 millones de euros, cifra que se espera casi duplicar con las acciones del segundo semestre.
Esta lucha contra el fraude de quienes pueden ocultar, o al menos disimular, su actividad venía siendo la gran tarea pendiente. Que se pague en proporción con lo que se gana es una aspiración legítima de una sociedad que, en caso de no apreciar que se hacen todos los esfuerzos por conseguirlo, entraría en una dinámica de degradación moral. En este sentido, algunas reformas legales, como las que pretenden acabar con el fraude en el sector inmobiliario, resultaban ya imprescindibles por el carácter de las noticias que se vienen produciendo sobre beneficios escandalosos de personas que disfrutan de un lujo y de una popularidad insultantes.
A partir de estas reformas se va a poder inspeccionar a sociedades promotoras, contratistas y subcontratistas mediante la conexión de datos proporcionados por los notarios, que pueden ser objeto de responsabilidades si actúan con dolo, del Registro de la Propiedad, del Catastro e incluso con movimientos de cuentas bancarias que pueden ser inspeccionadas por mandato judicial.
El otro gran efecto redistribuidor del Presupuesto se puede producir por la vía del gasto. En este caso, hay que reconocer que los grandes aumentos que experimentarán en 2007 algunas partidas de carácter social sólo pueden recuperar parte de la devaluación a que se vieron sometidas en anteriores legislaturas.
Así, por ejemplo, los 400 millones para dependencia, a pesar de que se duplican respecto del año anterior, resultan claramente insuficientes para atender este grave problema; los aumentos de las pensiones mínimas, entre el 5% y el 6,5%, apenas mantienen un poder adquisitivo de personas mayores que, por su peculiar cesta de la compra, han sufrido aumentos de precios superiores al IPC nacional; los recursos para inmigración, a pesar de que aumentan casi el 10%, se sitúan en una cifra de 250 millones de euros que no parecen suficientes para afrontar esa avalancha de inmigrantes que no cesa.
Demasiados frentes abiertos en el terreno social y en un ámbito socioeconómico donde ha sido preciso reforzar investigación, educación, infraestructuras y un largo etcétera. Si es cierto que se consigue aflorar ese 20%-30% en que se estima la economía sumergida y que, por ejemplo, los grandes beneficiarios de la construcción y la especulación contribuyan de acuerdo con sus beneficios, los ingresos reales de 2007 pueden crecer sobre los presupuestados más que en el presente año. Hay que confiar en una inspección tributaria que debe vencer sus malestares internos, sin perjuicio de que sea reforzada en función de sus grandes retos.
Economista y estadístico