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El Puerto de Barcelona quiere ser también el de Madrid

El puerto de Barcelona está en plena ebullición. El primer puerto del Sur de Europa afronta su mayor fase de expansión -prevé duplicar su capacidad operativa de aquí a 2008 y cuadruplicarla para 2015- y con un presupuesto de 2.000 millones de euros entre 1999 y 2011. El objetivo no es sólo expandir un centro logístico ahora saturado. El puerto ampliado y reformado quiere convertirse en el cuarto puerto europeo, por detrás de los gigantes de Rótterdam, Hamburgo y Amberes. Para poder competir a este nivel busca un aliado concreto: Madrid.

Con un lema bien claro, Madrid: objetivo estratégico del Puerto de Barcelona, los responsables del puerto presentaron ayer a los empresarios madrileños sus nuevos planes. Muchos proyectos de mejoras en calidad y servicio y en precios, pero sobre todo, una prioridad: mejorar las conexiones ferroviarias con el centro de la Península. La Autoridad Portuaria de Barcelona y Renfe han cerrado un acuerdo estratégico que permitirá incrementar un 50% el número de trenes semanales entre el puerto barcelonés -de ocho a doce- y la capital del país a partir del 1 de octubre.

El acercamiento al interior de la península pasa también por el fomento de los centros de servicio y distribución o terminales marítimas interiores. A partir de marzo de 2007 estará operativa la terminal ferroviaria en la terminal marítima de Zaragoza. Además, para poder asesorar mejor al cliente madrileño, la Autoridad Portuaria dispone desde el mes de julio de una oficina en Madrid.

Cataluña y la Comunidad de Madrid son las que más aportan al PIB español, del que son responsables en un 19% y un 18%, respectivamente. La Autoridad del Puerto de Barcelona constata también que la región madrileña es la de mayor crecimiento económico en España, que en los últimos años un gran número de multinacionales han instalado su sede europea en Madrid y que es el primer centro de distribución del país. Sin embargo, menos del 25 % de las importaciones a la capital y sus alrededores pasan por el Puerto de Barcelona.

'La gran ventaja de Madrid, al estar en el centro del país, es que puede utilizar cualquier puerto dependiendo de su ruta', constata Joaquim Coello, presidente del Puerto de Barcelona, quien reconoció que hasta ahora 'no ha habido atención y dedicación al gran mercado madrileño'. A ello se añade la mala conexión ferroviaria, que el acuerdo con Renfe debe remediar, la falta de planificación comercial en el pasado y la poca flexibilidad en el sistema tarifario. 'Esperamos que con la nueva ley que está ahora en el Parlamento tengamos mayor libertad. No queremos ser simplemente un alquilador de espacio, queremos implicarnos con el cliente', explica Coello.

Con el reforzamiento del corredor ferroviario, la dirección portuaria espera que en cinco años la mitad de las mercancías del exterior con dirección a Madrid pasen por sus instalaciones. Los directivos tienen la vista puesta en particular en el mercado asiático, que constituye el 25% del comercio exterior madrileño.

'Nuestro mercado es el mundo y el mundo crece ahora en Asia', explica Josep Oriol, director general del puerto. A nivel europeo, el desequilibrio entre las grandes terminales portuarias del norte y las del sur es abismal: el 75% del comercio con el continente asiático pasa por el Atlántico. Barcelona espera poder revertir en parte la tendencia, aprovechando entre otras cosas las sucesivas mejoras del canal de Suez gracias a las que 'el Mediterráneo ya no es un mar cerrado', como recalca Oriol.

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