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Las cuentas públicas de 2007

El Estado gastará 21.900 millones en infraestructuras en 2007

Las cuentas presentadas al Congreso combinan el acento en el gasto social con el respeto a la estabilidad presupuestaria y a los compromisos de inversión, en el inicio de una larga carrera electoral

Son los 'Presupuestos posibles', respondió ayer el vicepresidente Pedro Solbes al periodista que se interesó por la carga ideológica de las cuentas del año que viene, poco después de ser presentadas al Congreso. Los diputados socialistas que han seguido su elaboración en los últimos meses añaden más: son unos Presupuestos que, además de compatibilizar un aumento del gasto público de casi el 7% con la continuidad del principio de estabilidad -0,7% de superávit para el conjunto de las administraciones públicas- permiten un triple encaje electoral. Por una parte, facilitan el cumplimiento de los compromisos de inversión contraídos con Cataluña en su reforma estatutaria (3.195 millones), pese a la controversia que CiU y ERC están fomentando en torno al cálculo de esta cifra mágica en el horizonte de las elecciones del 1 de noviembre. También responden a las exigencias de origen local y autonómico en infraestructuras (14.000 millones) derivadas de la celebración de elecciones en 8.000 ayuntamientos y 13 comunidades autónomas en mayo del año que viene. Y, por último, posibilitan sin problemas una hipotética prórroga presupuestaria para el ejercicio de 2008 en el supuesto, no descartable, de que José Luis Rodríguez Zapatero se vea tentado de anticipar las elecciones generales un semestre motivado por los vientos procedentes del País Vasco. Esta prórroga presupuestaria, admiten fuentes gubernamentales, permitiría una total continuidad de la ortodoxia económica y, por tanto, evitaría tentaciones malsanas desde el punto de vista del gasto, producto de la cita electoral de 2008.

En términos macroeconómicos, los Presupuestos presentados ayer por Pedro Solbes al Congreso aspiran a cimentar un nuevo patrón de crecimiento cada vez más ligado a la productividad, que tiene un claro reflejo en las prioridades del gasto. Sabido que el margen es estrecho porque el 62% del gasto no financiero permanece cautivo de las obligaciones derivadas de la financiación de las comunidades autónomas, los intereses de la deuda, las pensiones y las aportaciones a la Unión Europea y al fondo de contingencia, las estrellas brillan con luz propia en el ámbito de la educación, la investigación y el desarrollo. La primera de estas partidas crecerá más del 26% y la segunda el 33%. Es una decisión política coherente con el esfuerzo realizado el año pasado que obedece al interés del Gobierno en facilitar un desarrollo eficaz de las nuevas leyes orgánicas de Educación y Universidades con mayor número de becas estudiantiles y una sólida dotación para las enseñanzas media e infantil.

El gasto social, otra columna vertebral del nuevo Presupuesto, crecerá un 8,4%, con especial atención al aumento de las pensiones mínimas, las ayudas a la vivienda y el incipiente desarrollo de la ley de Dependencia, aún en tramitación. La inmigración, preocupación que emerge con fuerza en todos los sondeos de opinión, consumirá el año que viene más de 300 millones, con un crecimiento cercano al 50% en los fondos destinados a las repatriaciones de extranjeros en situación ilegal y el reforzamiento de la seguridad en las fronteras. La seguridad ciudadana en su conjunto recibe un 12% más de recursos, hasta superar los 8.000 millones.

Las partidas en educación, investigación y desarrollo son las que más crecen dentro de una renovada apuesta del Gobierno por imantar el crecimiento a la productividad

Este puzle que Solbes acertó ayer a componer en casi todas sus piezas durante su primera exposición al Congreso es posible gracias a un comportamiento de los ingresos tributarios que, a pesar de una reforma fiscal que ahorrará 4.000 millones a los contribuyentes, oxigenará de nuevo las arcas públicas. Entre el IRPF, Sociedades, Especiales (con una anunciada subida del tabaco), IVA y el resto de los impuestos, los ingresos superarán los 185.000 millones, un 6,4% más sobre el avance de liquidación.

Pese a la distorsión que puede provocar en la negociación presupuestaria la campaña catalana, Solbes tiene garantizado ya un amplio respaldo parlamentario al proyecto de ley.

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