Peces grandes, peces chicos...
Argentina tuvo siempre muchas más posibilidades que Uruguay para ganar la partida de las plantas de celulosa porque a falta de razones atendibles, pesa más que nosotros. En un mano a mano en la cancha fangosa de los organismos de crédito internacional, en mala ley siempre va a ganar un peso pesado a un país pequeño que allí no se defendió. Así nos llenaron la cara de dedos con burdos argumentos y mentiras para contrarrestar el desaire de la decisión de instalar las plantas de celulosa de este lado del río (...). El enfriamiento de Ence fue inmediato a una entrevista entre Kirchner y Rodríguez Zapatero en Madrid. España tiene con Argentina muchos intereses comerciales, y muchos más problemas las empresas españolas instaladas allí, como para agregarle uno más (...).
Ahora el problema es con los sindicatos nacionales, empeñados en una lucha por igualación de condiciones de retribución con los dependientes de la empresa extranjeros (...).
El mercado de trabajo uruguayo quedó rehén del juego sucio argentino, de la timidez española, de los caprichos sindicales locales y de la indiferencia del Mercosur, especialmente de Brasil, que optó por dejar que se violaran las garantías del Tratado en perjuicio de un país al que no se justificaba defender.