El maquillaje contable de la economía húngara
Las finanzas públicas húngaras, en su día una de las economías más aperturistas del bloque soviético y modelo de transición al libre mercado durante los años 90, pasa por un delicado momento debido a un abultado doble déficit (presupuestario y exterior) previsto, del 10,1% y del 67,9% del PIB, respectivamente, para este año y con una tendencia creciente. Tales cifras están ahora en cuarentena después de que una filtración a la prensa el fin de semana hiciera públicas unas palabras de primer ministro húngaro, Ferenc Guyrcsány, en el que reconoce a sus compañeros de partido que la situación económica es mucho más grave de lo que dicen las cuentas oficiales, habiendo mentido para ganar las pasadas elecciones generales.
Aunque el daño político está hecho, y este será cuantificable en las próximas elecciones municipales del 1 de octubre, la economía húngara no se está viendo afectada más de lo que ya está por sí misma.
Necesidad de reformas
Esta reacción se debe a que los círculos financieros internacionales sabían el estado real de las cuentas públicas y las palabras del primer ministro refuerzan la necesidad de reformas y ahorro antes de que el país se enfrente a una verdadera crisis. En la actualidad el déficit presupuestario húngaro es el mayor de toda la UE y triplica el nivel del 3% del PIB que exigen los criterios de Maastricht para introducir el euro, lo que levanta dudas sobre la posibilidad de que Hungría pueda adoptar la moneda única europea hacia el 2010 sin cambios radicales.
La Comisión Europea no desea entrometerse en la polémica interna abierta pero ha avisado que vigilará con lupa el cumplimiento del plan de convergencia presentado por el Gobierno húngaro en Bruselas. 'Todos sabemos que la situación de las finanzas públicas húngaras es preocupante; analizaremos con detalle los documentos presentados', dijo un portavoz de la Comisión. Está previsto que a finales de este mes Bruselas haga público su examen sobre la economía húngara.
Las protestas continúan en Budapest
Mientras tanto, continúan las protestas de la ciudadanía, molesta al sentirse engañada por sus propios gobernantes. Ayer, resultaron heridas 69 personas, entre ellas cuatro policías de carácter grave, tras una nueva noche de enfrentamientos entre grupos de incontrolados y las fuerzas de seguridad en Budapest. La jornada de protesta contra el primer ministro Gyurcsány, reunió a unas diez mil personas en una manifestación pacífica, pero sobre medianoche un grupo de radicales volvió a recurrir a la violencia y al vandalismo sin hacer reivindicaciones políticas.