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Columna
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El mercado del libro en España, estancado

Paradojas de la sociedad del conocimiento. En teoría, la cultura media debería ir elevándose, cuando, en verdad, nos encontramos con que los españoles compran cada año menos libros, lo que obligará a nuestra potente industria editorial a adaptarse a esta realidad. Al menos eso se deduce del estudio que comentamos. Ya sabíamos que en nuestro país se editaban muchos libros y que no se leía en proporción a esa capacidad editora. Pero los datos que proporciona el último Estudio de Comercio Interior del Libro, auspiciado por la Federación de Gremios de Editores de España, acentúan ese tópico.

En efecto, en 2005 se editaron en España 69.598 títulos, lo que supone un 2,6% más que en el año anterior, de los que 35.046 fueron títulos nuevos y 34.552 reimpresiones. El precio medio por ejemplar fue de 12,72 euros. Sin embargo, las ventas no crecieron en la misma proporción que el aumento de oferta. La facturación total ascendió a 2.933,23 millones de euros, aumentando sólo un 1,8% frente a 2004, crecimiento inferior al de la inflación, que ascendió al 3,6%. La tirada media en 2005 fue de 4.619 ejemplares (alrededor de un 0,9% más alta que el año anterior). Quiere todo esto decir que el porcentaje de libros vendidos sobre la tirada ha disminuido, y esto debe traducirse necesariamente en menos beneficios -cuando no pérdidas- para el editor. De hecho la venta de ejemplares ha disminuido en un 2,7% con respecto al año anterior.

Más libros editados, pero menos vendidos. Alguien debe estar pagando las consecuencias, máxime si cada año aparecen nuevas editoriales que, aunque no tienen mucha incidencia en el global nacional, incrementan los comensales entre los que la tarta se reparte. Son los síntomas de un sector maduro que tenderá hacia la concentración, tanto en las empresas editoriales como en la distribución y los puntos de venta.

Debemos coincidir con las palabras de Emiliano Martínez, presidente de la Federación de Gremios de Editores de España: 'Culturalmente, el resultado del estudio es positivo, porque la oferta de títulos sigue creciendo y eso denota una pluralidad y una riqueza del ámbito intelectual. Pero desde el punto de vista económico, asistimos a un estancamiento real, que se plasma en un pequeño retroceso económico en el negocio'. Más duro aún se muestra Antonio María Ávila, director ejecutivo de la Federación: 'El informe está ofreciendo al sector algunos avisos de alarma muy significativos. Hay que estar preocupados cultural y económicamente'. Ambos tienen razón, pero mientras conseguimos que los españoles lean más, las editoriales tendrán que sobrevivir ampliando sus mercados internacionales, incrementando la venta de derechos subsidiarios y optimizando costos, mediante la concentración antes reseñada.

La venta de derechos subsidiarios, esto es, derechos de traducción a otros idiomas o para servir de guiones de películas, por ejemplo, adquiere una importancia creciente en la cuenta de resultados de las editoriales. Sin duda alguna será una de las rúbricas de mayor crecimiento en estos próximos años. El mercado internacional también tenderá a crecer, ya que son españolas las empresas que copan un alto porcentaje del mercado latinoamericano.

Aún no está suficientemente estudiado otro de los principales acontecimientos editoriales. Los libros distribuidos por los periódicos que, en ocasiones, alcanzan tiradas astronómicas. Por ejemplo, algunos han tirado más de un millón de ejemplares del libro con el que inician la colección y que suele regalarse. Después, las tiradas van decreciendo, pero la suma total de libros es muy importante. Y conociendo las tiradas medias, nos daremos cuenta de la importancia de estas promociones, que inicuamente servían para incrementar la distribución de periódicos, pero que ya se han convertido en una sólida fuente de ingresos para la prensa.

El libro de bolsillo, como ya ocurriera en el resto de Europa, crece a expensas de las ediciones rústicas y de tapa dura. En 2005 se editaron 5.378 títulos de bolsillo y su facturación aumentó un 13,3% con respecto al 2004, que ya creció un 12,4% con respecto al año anterior. Los libros de bolsillo suponen el 7,7% de los títulos editados y el 5,3% de la facturación interna.

En resumen, un sector maduro, en permanente cambio, cuya importancia y trascendencia supera, en mucho, a su facturación económica.

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