Las 'lolitas' de los sesenta abren Pasarela Cibeles
Labios rojos, gafas de sol blancas, cuadros vichy, shorts, minifaldas y pichis minúsculos, pantalones pitillos y chaquetitas talla xs. Pese a que el diseñador Antonio Pernas, quien ayer inauguró la nueva edición de Pasarela Cibeles, dice haber inspirado su colección primavera-verano 2007 en mujeres como Jane Birkin, Catherine Deneuve o Charlotte Rampling, la imagen que venía a la mente al ver a algunas de sus modelos evocaba más bien a maliciosas lolitas consagradas por el mundo del cine, como Carroll Baker en Baby Doll o Sue Lyon en la película de Stanley Kubrik sobre la novela de Nabokov. La colección de Pernas, marcada por un poderoso aire retro, divertido y lleno de color, abrió con desparpajo un certamen cuya 44 edición viene marcada por la polémica, tras la decisión de excluir a varias modelos por no haber alcanzado el peso mínimo establecido para poder desfilar.
Tras su desfile, el diseñador Fernando Lemoniez presentó una colección sobria y elegante, en la que destacó su gusto habitual por los cortes masculinos. Los vestidos fueron la estrella de sus creaciones, con materiales como el lino, el algodón y la gasa y caídas suaves y sugerentes en forma de ondas y transparencias.
Los tejidos de seda, algodón, lino y organzas y los colores vivos anunciaron a Francis Montesinos, que presentó su colección Alantar Mediterránea como un homenaje a Valencia. Fondos muy claros con estampados multicolor y pañuelos que se esconden a la altura del pecho y aparecen por la cintura destacaron en un desfile en el que no faltaron sus ya clásicas faldas masculinas.
Ángel Schlesser fue el encargado de abrir la tarde con unas creaciones inspiradas en los sesenta y ochenta en las que destacó su habitual maestría para los vestidos, tanto en su versión de día como de noche. Ágatha Ruiz de la Prada, con una colección cargada de color, y Elio Berhanyer, en blanco y negro, cerraron la jornada.
La guerra de las tallas
La decisión de los organizadores de Pasarela Cibeles de exigir en esta edición un índice corporal mínimo a las modelos para participar en el certamen ha abierto la caja de los truenos. Tanto la ministra de Cultura, Carmen Calvo, como la presidente de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, se felicitaban ayer (por separado) de lo acertado de la decisión. La Sociedad Española de Medicina Estética resaltaba el gesto 'valiente y pionero' de los organizadores, mientras la Asociación de Defensa de la Atención a la Anorexia y la Bulimia (Adaner) recordaba que son muchas más las modelos discriminadas por exceso de peso que por defecto, en alusión a las maniquíes que no han podido participar. Entre los diseñadores, Ágatha Ruíz de la Prada se sumó también a quienes respaldaron la medida.En el otro lado de la balanza creadores como Devota & Lomba advirtieron de los efectos negativos que la decisión puede traer a Cibeles por la ausencia de modelos internacionales que se niegan a controles de peso. Cathy Gould, directora de la agencia Elite en Norteamérica ha calificado la medida de 'indignante', mientras las pasarelas de Nueva York y París ya han anunciado que no la secundarán.