_
_
_
_
CincoSentidos

Turistas que se escapan de la gravedad terrestre

Los promotores inmobiliarios ya se frotan las manos con las posibilidades que ofrecen los solares de la Luna. Hoy despega la cuarta turista en viajar a la Estación Espacial Internacional, la estadounidense de origen iraní Anousheh Ansari, y dentro de dos años serán ya una centena, cuando comiencen los vuelos suborbitales de Virgin Galactic.

Aún queda mucho para el homenaje al turista un millón, pero la diversificación de la oferta y de precios pone al alcance de multitud de bolsillos un sueño universal, al que hasta ahora sólo habían accedido multimillonarios como la propia Ansari, Dennis Tito, Mark Shuttleworth y Gregory Olsen, capaces de pagar 15,7 millones de euros -y de superar las exigentes pruebas físicas- con tal de pasar una semana en la Estación Internacional.

Los cuatro han contratado su viaje con Space Adventures, una compañía dirigida por ex astronautas, que trabaja con la Agencia Espacial Rusa y que ofrece otros paquetes más asequibles, como entrenamientos en gravedad cero, además de uno más caro todavía: la misión DSE-Alpha, que no saldrá antes de 2008 y que podrá llevar dos turistas hasta una órbita lunar por 100 millones de dólares cada uno.

En dos años ya habrá vuelos regulares suborbitales; los hoteles tardarán más

Su representante en España es, desde hace unas semanas, la agencia de viajes de internet Destinia.com. Su responsable de Marketing online, Cristian Vicario, reconoce que el objetivo principal de este acuerdo 'es darse a conocer', puesto que el público objetivo ahora mismo es escaso.

El touroperador barcelonés Neyzen, que organiza 'experiencias de élite', oferta también este viaje. Su presidente, Juan Carlos Sanahuja, que presume de negociar directamente con las autoridades rusas, lamenta que el sector esté 'tan lleno de tiburones', lo que 'explica la discreción con la que hay que llevar las operaciones'. Sanahuja está buscando 'al primer europeo' que quiera hacer el periplo espacial, pero nadie hasta ahora ha cumplido los requisitos, pese a que hay quien 'pagaría el doble' de lo estipulado.

La Estación está a 350 kilómetros de distancia de la tierra. Por debajo de la capa orbital, a 150 kilómetros de altura, llegarán a finales de 2008 las naves de Virgin Galactic, diseñadas para transportar seis civiles. Los entrenamientos requeridos para este programa, que dura unas dos horas y media y cuesta 157.000 dólares, duran unos diez días e incluyen aceleraciones cuatro veces mayores que la que se vive en la superficie terrestre.

Pero la explotación turística del espacio quiere ir más allá y muchos sueñan con construir un hotel espacial. El estudio barcelonés Add+Arquitectura Xavier Claramunt ha diseñado el Galactic Suite, un alojamiento en órbita con forma de racimo de uvas: contaría con un núcleo central parecido a un satélite, al que estarían conectadas 22 habitaciones en forma de cápsulas de siete metros de largo por cuatro de alto.

'Aún es difícil estimar lo que costaría', explica Xavier Claramunt. 'Estamos construyendo el prototipo en tamaño real y buscando un fabricante', añade. Calcula que 'la gente podrá pasar noches allí en cinco u ocho años', una previsión que otras fuente del sector consideran demasiado optimista.

El estadounidense Robert Bigelow, dueño de Bigelow Aerospace, ha puesto sus expectativas en 2015. Lanzó este verano un prototipo a escala un tercio de su módulo hinchable, que ocuparía 330 metros cúbicos, casi tres veces lo que un módulo de la Estación Espacial. Bigelow ha creado un premio para estimular al sector espacial para buscar soluciones, al igual que han hecho otros mecenas, como la propia Ansari, una privilegiada que pronto no lo será tanto.

Más información

Archivado En

_
_