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CincoSentidos

El baile de salón marca el paso

Con el tiempo ha acabado por gustarme'. Manuel Tabas, director comercial del Banco Popular, reconoce que era reticente a apuntarse a clases de baile con su esposa, María Ángeles Fernández, que trabaja en el departamento de conservación de inmuebles del banco. Ocho años después siguen enganchados, y hasta viajan a Cuba o la República Dominicana con los compañeros de clase para admirar el talento latino. Los bailes de salón atraviesan uno de sus ciclos periódicos de popularidad, coincidiendo con el éxito del programa de Televisión Española Mira quién baila.

Precisamente la academia donde practican María Ángeles y Manuel, la madrileña Círculo de Baile, presta sus instalaciones para los ensayos del espectáculo televisivo. Uno de los dueños es José Luis Gutiérrez, que también ejerce como profesor, y que reconoce que últimamente hay más público y más lugares donde aprender: 'Los gimnasios y centros culturales incorporan el baile entre sus actividades, y cada vez hay más academias, sobre todo en el extrarradio madrileño'. Hasta el Hotel InterContinental Madrid se ha apuntado a la fiebre, y desde hace unos meses da sus propios cursos.

Entre las ventajas de bailar, Manuel y María Ángeles destacan que 'es divertido; quita el estrés al salir del trabajo; y haces ejercicio sin darte cuenta.' A lo largo de los años han enganchado a compañeros de trabajo, 'incluidos dos directores generales del banco, eso sí, sólo se animaron cuando ya estaban jubilados'. El rango de edades varía mucho de unas escuelas a otras, y va desde los 20 hasta los 70, dependiendo del tipo de baile -los latinos convocan a gente más joven que los de salón- y de la situación de la academia -si está en una zona de oficinas, por ejemplo-.

Gimnasios y centros culturales incorporan la actividad, a la que aún se apuntan más mujeres que hombres

Vida social

En lo relativo a los sexos, la sospecha se confirma: hay más mujeres que hombres. Es más, en muchas escuelas las dejan en lista de espera, a la espera de su par masculino. Pese a todo, las parejas abundan más que las personas solas, o al menos 'somos más constantes', señala Manuel. 'Es algo que podemos hacer juntos, en el resto de gustos no coincidimos.'

El baile es una manera excelente de conocer gente, porque es muy frecuente que los grupos se vayan a bailar después de clase, o los domingos por la tarde -el día que muchas discotecas dedican a los bailes de salón, en las que siguen predominando los mayores de 50 años, como señala Natalia Herrero, del Centro de Ocio El Horno.

En la pista de baile

Salir a la pista con gente de todos los niveles puede producir inseguridad, pero no hay de qué preocuparse. 'Nadie te va a prestar atención', aclara María Ángeles. 'En las salas de baile sólo miran al que lo hace bien'. Al principio 'los pasos son fáciles, pero lo difícil es coger el ritmo', coinciden alumnos y profesor. Con el tiempo, con una hora semanal de clase -'si dieran más no podrían asimilarlo', asegura el educador- y, sobre todo, a base de práctica fuera de la escuela, 'se pueden llegar a hacer maravillas en dos años', reconoce ella.

Las academias suelen impartir sus lecciones en todos los horarios, sábados por la mañana incluidos. Los precios varían mucho, dependiendo por ejemplo de si la clase la imparte una persona sola o una pareja, pero pueden estar alrededor de los 40 o 50 euros mensuales por una clase semanal de una hora. También es habitual, sobre todo en verano, que se impartan cursos intensivos. Y se ofrecen servicios especiales; uno muy solicitado es el de las clases particulares de vals para novios, en previsión de su baile nupcial.

En el fondo, saber mover las caderas con ritmo da cierto estatus social. Como dice José Luis, 'en un ambiente donde la gente no sabe bailar eres la atracción'.

La realidad detrás de la pantalla

Las apariencias engañan, y la televisión, a veces, también. Tiene la ventaja de que populariza cualquier cosa que toca, y el inconveniente de que la audiencia puede hacerse falsas expectativas. El programa Mira quién baila, que acaba de estrenar temporada en Televisión Española, ha provocado una fiebre por el baile que los veteranos agradecen pero ponen en el contexto adecuado.'La gente piensa que enseguida va a aprender', apunta Susana Aylagas, de la escuela barcelonesa Més Dansa. 'Se apuntan muy emocionados, pero la continuidad es difícil'. En la madrileña A Bailar añaden: 'El programa de televisión engaña, se creen que van a tener un profesor particular'.Los profesionales advierten también de que en muchas escuelas el estilo de baile que se enseña es distinto al que se ve en la pequeña pantalla. 'El nuestro es más tradicional, menos espectacular que el baile deportivo, también llamado internacional o competitivo', explica José Luis Gutiérrez, del madrileño Círculo de Baile.Las especialidades se diluyen en el estilo de competición; las figuras se parecen más entre ellas. 'El tradicional es más variado', explica la alumna María Ángeles Fernández. 'Puedes hacer un rock muy bonito sin grandes acrobacias'. El baile deportivo exige además un cierto fondo físico, frente al clásico, que lo puede practicar cualquiera. 'En Cataluña y en Valencia se da más el internacional', añade José Luis.

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