Bolivia expropia las refinerías de Petrobras sin compensar a la brasileña
El Gobierno boliviano ha vuelto a hacer saltar las alarmas en Brasil. Un nuevo decreto, firmado el día 12, ha arrebatado a la brasileña Petrobras el control de las dos refinerías que tiene en el país andino, que pasa a manos de la estatal boliviana YPFB. Petrobras tendrá que entregar la materia prima
El Gobierno boliviano comercializará los productos y establecerá los precios, convirtiendo a la brasileña en una mera prestadora de servicios. La medida forma parte de la nacionalización de los hidrocarburos anunciada por el presidente Evo Morales el 1 de mayo, pero ha sorprendido porque es más agresiva de lo previsto, ya que deniega el pago de una indemnización.
La reacción de Petrobras no se ha hecho esperar y en un comunicado ha declarado que la nueva legislación 'hace que los negocios de refino de la compañía en el país no sean viables'.
La indignación de Brasil es mayor porque el decreto se ha anunciado cuando sólo faltaban dos días para que una delegación encabezada por el presidente de Petrobras, Sergio Gabrielli, y el ministro de Energía, Silas Rondeau, llegara a Bolivia. La misión era negociar con las autoridades bolivianas una indemnización por los daños causados a Petrobras y discutir futuras inversiones en el país. Los interlocutores brasileños han cancelado el viaje. 'Lo que más ha asustado al Gobierno y a Petrobras es que esperaban una indemnización por el control de la refinería que ya no va a haber', explica Adriano Pires, director del Centro Brasileño de Infraestructura. El ministro de Hidrocarburos de Bolivia, Andrés Soliz, ha justificado que no hay lugar para una indemnización porque la brasileña ya habría obtenido, según sus cálculos, más de 320 millones de dólares de beneficios, frente a los 180-200 millones de dólares en que se valora actualmente a las refinerías.
Petrobras afirma que los beneficios medios han sido de 14 millones de dólares para una inversión de 105 millones en las dos refinerías, cuya producción se destina casi en su totalidad al mercado boliviano.
La brasileña advierte, además, que esta decisión unilateral 'pone en riesgo el mantenimiento de las inversiones ya contratadas por la empresa y, en consecuencia, el mantenimiento normal de sus actividades'.
La brasileña es la única empresa afectada
Esta vez, Petrobras es la única empresa afectada por la decisión del Gobierno de Evo Morales de convertir a la brasileña en una mera prestadora de servicios, porque es la única que posee refinerías en Bolivia. Sin embargo, se prevé que el próximo paso podría implicar ya a la española Repsol YPF, la otra empresa extranjera más afectada por la nacionalización de los hidrocarburos. Tanto ella como British Petroleum y Total tienen que firmar acuerdos para pasar el control de sus operaciones de exploración y distribución a YPFB.'El Gobierno boliviano está cometiendo suicidio, porque va a alejar a todos los inversores', apunta Adriano Pires, director del Centro Brasileño de Infraestructura. La interrupción de las inversiones en Bolivia afectaría a la exportación de gas a Brasil, por lo que el mercado podría quedar desabastecido.